Tras un año de cierres y cancelaciones, el 2021 vio el renacer de la industria del espectáculo. El glamur tuvo un gran regreso en las pasarelas y alfombras rojas de Europa y Estados Unidos, donde también regresaron la Gala del Met, los grandes festivales de cine y las premiaciones.
Los eventos se volvieron más íntimos, ya fuera en los Grammy, donde Beyoncé triunfó, o en los Oscar, donde Emerald Fennell lució en shock tras bambalinas tras ganar el premio a mejor guion original. La familia se mantuvo cerca, como cuando Pink y su hija se subieron a un trapecio para un número musical durante los Premios Billboard.
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El virus, claro, seguía acechando. Cara Delevingne posó en una pasarela tras una capa de plástico mientras que el Boulevard de Hollywood se cerró y fue el escenario de una enorme pasarela con distanciamiento social de Gucci. Las estrellas se quitaron las mascarillas para las cámaras, pero los estrenos y espectáculos se realizaron principalmente con aforos limitados y estrictos protocolos debido a la pandemia.
Los eventos tuvieron una nueva energía juguetona, como cuando el actor Jean Dujardin se paró de cabeza para los fotógrafos en Cannes o Jamie Lee Curtis invocó a su madre, Janet Leigh, en la alfombra roja de “Halloween Kills”. Jojo Siwa se tomó una selfie exhuberante con BTS, finalmente libres para presentarse juntos en el escenario de los American Music Awards. Geena Davis y Susan Sarandon se dieron un beso en un Thunderbird similar al que manejaron en “Thelma & Louise”. Pero EL BESO fue de una de los más grandes regresos del año: Jennifer López y Ben Affleck hicieron su reunión oficial con grandes muestras de cariño en una premiere en el Festival de Cine de Venecia.
Quizá no fue el año que todos anticiparon. Fue difícil, sí, pero al menos no se pareció a la visión apocalíptica de Zack Snyder para Las Vegas.