La reina Isabel II de Inglaterra aceptó con reticencias una recomendación médica de tomarse unos días de descanso y canceló un viaje a Irlanda del Norte, según indicó el miércoles el Palacio de Buckingham.
El palacio no dio más detalles sobre la decisión, pero dijo que el monarca está “de buen humor y decepcionada porque ya no podrá visitar Irlanda del Norte, donde tenía previsto asistir a una serie de compromisos hoy y mañana”.
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La monarca, de 95 años, “envía sus mejores deseos a la gente de Irlanda del Norte y desea visitarles en el futuro”, añadió el palacio.
Isabel descansaría en el Castillo de Windsor, donde se ha alojado desde que comenzó la pandemia de COVID-19 el año pasado.
La decisión se tomó apenas unos días después de que Isabel apareciera con un bastón en un acto público, un servicio religioso en la Abadía de Westminster por el centenario de la Real Legión Británica, una organización benéfica de las fuerzas armadas.
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Se la había fotografiado antes con un bastón en 2003, pero fue después de una cirugía de rodilla.
La reina, que enviudó este año, aún mantiene una apretada agenda oficial. El martes celebró audiencias con diplomáticos y acogió una recepción de líderes corporativos globales en el Castillo de Windsor.