El proveedor de contenido para adultos Larry Flynt, quien convirtió la revista Hustler en un imperio del entretenimiento y defendió los derechos consagrados en la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, murió el miércoles. Tenía 78 años.
Flynt tenía una salud frágil y falleció de insuficiencia cardiaca en su casa en Hollywood Hills, dijo su sobrino Jimmy Flynt Jr.
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Desde sus inicios como propietario de un club de desnudistas en Ohio hasta su reinado como fundador de una de las revistas para adultos más explícitas, Flynt desafió en forma constante a la sociedad convencional y se convirtió en objetivo de grupos feministas y de la derecha religiosa.
Flynt se apuntó una sorpresiva victoria en la Corte Suprema federal contra el reverendo Jerry Falwell, quien lo había demandado por difamación porque un anuncio sobre un licor publicado en 1983 en Hustler insinuaba que Falwell había perdido su virginidad con su madre en una letrina.
La compañía de Flynt editaba no solamente Hustler, sino varias publicaciones más. Tenía una compañía de producción de video, varios sitios web, un casino en la zona metropolitana de Los Ángeles, y 10 boutiques Hustler. También vendía licencias para usar el nombre Hustler a clubes independientes de espectáculos eróticos.
Los éxitos editoriales y financieros fueron contrarrestados en igual medida por las controversias y las tragedias.
Después de que un francotirador lo hiriera de bala en 1978, Flynt quedó paralizado de la cintura para abajo y utilizó silla de ruedas el resto de su vida. Batalló contra las adicciones a las drogas y el alcohol, y su cuarta esposa murió de una sobredosis de heroína.
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Su hija, Lisa Flynt-Fugate, murió a los 47 años en un accidente automovilístico en 2014 en Ohio.
Flynt, con una fortuna calculada en más de 100 millones de dólares, se dedicó después a la política. Cuando en 2003 el gobernador Gray Davis fue destituido por los electores en California, Flynt fue uno de 135 candidatos que se postularon para reemplazarlo. Flynt se describió entonces como “un vendedor de obscenidades que se preocupa” y captó más de 15.000 votos.
Flynt, que se definía como un progresista, no fue simpatizante de Donald Trump. Antes de los comicios de 2016, Flynt ofreció pagar hasta un millón de dólares por algún video o audio en el que Trump estuviera efectuando actividades ilegales o “sexualmente humillantes o denigrantes”.