Los ganadores del Oscar Denzel Washington (Training Day), Rami Malek (Bohemian Rhapsody) y Jared Leto (Dallas Buyers Club) se unen en este thriller de acción y misterio que se suma al extenso listado de cintas sobre la investigación de crímenes violentos en la ciudad de Los Angeles conformando en sí un subgénero dentro de los filmes de suspenso.
En los primeros minutos de esta intrigante propuesta que estrena simultáneamente en cines y en HBO Max, como parte de la estrategia de Warner Bros para el 2021, conocemos a Deacon (Washington), un comisario de un condado en las afueras de la ciudad, ayudando en la investigación del brutal asesinato de una mujer. El funcionario es convocado a participar por su experiencia en el pasado con crímenes similares, eventos que provocaron su distanciamiento de la fuerza. La llegada de Baxter (Malek), un nuevo detective con un perfil más recto, los obligará a trabajar juntos para encontrar al responsable del crimen.
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No tenemos cinta de suspenso, sin un sospechoso, y este personaje, Albert Sparma, le corresponde a quien mejor lo puede interpretar, Jared Leto, que ha representado personajes retorcidos en el pasado. La inexplicable entrada de Sparma en la segunda mitad de la cinta, permite que la cinta tome un giro interesante, activando al detective en la audiencia, en gran medida por su poderosa actuación.
Uno de los grandes aciertos del filme son sus cualidades técnicas, como la cinematografía típica de este género que evoca las cintas de suspenso noir, destacando las iluminaciones nocturnas en una ciudad que adopta otra vida en las noches, permitiendo una atmósfera noventosa perfecta para la narrativa, sumado a un fino diseño de producción.
La estructura de la cinta la hemos visto en repetidas ocasiones en otros filmes que no vale la pena mencionar para no proveer claves que pudieran arruinar la experiencia de esta decente propuesta que dista de convertirse en memorable, en gran medida por un confuso tercer acto, que impacta adversamente la recompensa de un potencial desenlace contundente.
Sin embargo, es el poderoso junte de histriones que nos cautivan desde la primera escena, en especial Leto, que nos atrapa con su perturbado personaje, llevando al espectador a cuestionarse constantemente si en efecto es el villano de la cinta o meramente un señuelo para distraer a los investigadores.
La dirección de John Lee Hancock es satisfactoria porque logra mantener la atención en todo momento, pero no cautiva porque se olvida de explorar las historias de algunos de los personajes, especialmente Deacon y evita profundizar en la psiquis de Sparma, dejando a Leto con un personaje incompleto, limitándolo a aprovecharse de la atención que el caso está tomando para intentar manipular a los detectives con una extraña calma y un retorcido sentido del humor.
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Washington no se aleja mucho de otros personajes que ha interpretado en el pasado, pero su interacción con Leto y Malek, sumado a su consumado magnetismo en pantalla, es suficiente para atraparnos en la historia. Por su parte, Malek, logra convencernos con un personaje que sufre una transformación durante la jornada, propulsada por su relación con Deacon llegando cuestionar sus motivaciones, matiz del personaje que el artista proyecta muy bien. En fin, el filme es entretenido y posiblemente nos atraiga lo suficiente para una segunda visita, pero dado al talento involucrado, nos deja esperando por más.
Mira el tráiler: