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Reseña: Sound Of Metal - meditación sobre el silencio en un mundo ruidoso

Lee la reseña de Félix Caraballo Martínez

Históricamente durante el último trimestre del año, los estudios de cine deciden estrenar aquellas propuestas fílmicas que cuentan con las características para ser consideradas meritorias de premios de la industria, apostando últimamente al codiciado Oscar.   Y con este trasfondo esta semana estrena Sound of Metal, una modesta cinta que llega oportunamente durante esta atípica temporada de premios a deslumbrarnos por su simpleza, pero abrumadora contundencia emocional y catártica.   La cinta protagonizada por el actor, rapero y activista británico de ascendencia pakistaní, Riz Ahmed (Nightcrawler, Star Wars: Rogue One), relata la historia de Ruben, un baterista de música heavy metal que repentinamente pierde la audición. El músico que trabaja junto a su novia Lou (Olivia Cooke) como la cantante y guitarrista del dúo musical, tendrá que enfrentar la dureza de un nuevo mundo en silencio.

Cuando un especialista de la audición le confirma que el daño es irreparable, le invade el temor y junto a Lou, decide ingresar en un hogar que sirve de apoyo para la comunidad sorda, donde además de mantener la sobriedad y evitar recaer en la adicción, comenzará su camino al redescubrimiento, mientras se prepara para un procedimiento médico que le regresará la audición. Allí conoceremos junto a Ruben, a un diverso grupo de personas que enfrentan otros dilemas que no están amarrados directamente a su condición de sordera, validando la grandeza del guion, presentando de forma natural la diversidad y la inclusión. Este hogar es dirigido por Joe, otro gran personaje interpretado de manera convincente por Paul Raci, quien en la realidad, además de actor es veterano de guerra, hijo de adultos sordos, interprete de lenguaje de señas y músico, en un personaje que le cae como anillo al dedo. Parte de su rehabilitación o adaptación a su nueva vida incluye participar activamente con un grupo de niños sordos en el aprendizaje del lenguaje de señas, secuencias que se prestan para enseñarnos la vulnerabilidad del personaje. Serán los pequeños momentos los que harán brillar esta cinta y llevarla a status de memorable.

Riz Ahmed, quien logra una interpretación merecedora de todo reconocimiento, no podrá ser ignorado durante esta temporada de premios por su apasionada actuación. Tampoco podemos ignorar la dolorosa interpretación de Cooke, quien se desaparece detrás de su personaje, mostrando su desinteresado apoyo a Rubén, particularmente en una escena donde interpreta una melodía a piano y voz junto a su padre, donde desnuda su alma. Además de solidas actuaciones, una impecable dirección, no podemos obviar la edición y mezcla de sonido que nos hace entender su frustración en momentos cruciales. Sentiremos la ausencia del sonido, la distorsión, el ruido excesivo y el silencio junto a Ruben, adentrándonos en su mundo.

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Este maravilloso filme en algún momento estuvo en manos del realizador Derek Cianfrance, director de Blue Valentine y The Place Beyond The Pines, cinta que dirigió y coescribió con Darius Marder, quien finalmente acepta el reto de dirigir una versión renovada de Metalheads (nombre original). Resulta refrescante como el guion nos incluye en el limbo inicial que queda el personaje cuando irónicamente nuestro protagonista enfrenta la agonía de no poder comunicarse con los que hablan porque no los escucha, pero tampoco puede comunicarse con los sordos, porque no entiende el lenguaje de señas, haciéndonos partícipes de su tragedia. La pérdida de la audición funciona como una especie de metáfora por todo lo que ha perdido que lo obliga a buscar un nuevo rumbo, la perdida en servicio de un reencuentro consigo mismo, algo que valida la fortaleza del guión, y la dirección de Marder que logra sacar lo mejor de sus artistas, ante las complejidades de unos personajes que van a representar la codependencia, la adicción y un escabroso camino a la recuperación, en esta sutil cinta que pareciera un cuasi documental.

Al final seremos testigos silentes, de la travesía de Ruben (Ahmed) desde el momento que comienza a sentir la pérdida de audición, y todo el proceso que lo lleva a navegar entre la negación y la aceptación de su potencial nueva realidad, hasta un poderoso final con un contundente mensaje.   Sin duda Sound of Metal resultará en una experiencia transformadora para la audiencia que participa de cada momento de soledad y cada pequeño triunfo que alcanza Ruben, porque nos recuerda que cada individuo enfrenta intensas luchas intimas, y personales, que muchas veces no percibimos a simple vista. Esta cinta nos sacude ante esta realidad y nos saca de nuestra burbuja personal, gracias al compromiso de sus actores y equipo de producción por contar una íntima historia de manera memorable. Exhibiéndose ahora en Fine Arts de Popular Center.

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