La actriz británico-estadounidense, Olivia de Havilland, conocida como la última estrella de la era dorada de Hollywood, falleció a sus 104 años en su residencia en París.
La intérprete murió este domingo en la noche mientras dormía, de acuerdo con diversos medios noticiosos internacionales, entre ellos, CNN.
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Su muerte ha resonado alrededor del mundo debido a que era la actriz más longeva todavía viva con un Premio Oscar.
La actriz nacida en 1916 ganó dos premios Óscar por su rol como actriz protagonista en La vida íntima de Julia Norris, en 1946, así como La heredera, en 1949.
Havilland era recordada por haber interpretado a “Melanie” en la película Gone with the Wind.
Sin embargo, su antagonismo frente a su hermana menor, Joan Fontaine, igualmente fue tema de múltiples planas y de especulaciones. Todo esto, a pesar de que, en 2013, Fontaine falleció.
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Las dos mujeres emigraron cuando eran niñas desde Tokyo hasta California, ciudad en la que nacieron producto de una relación turbulenta en la que su padre las dejó atrás junto a su madre para mudarse con una amante.
Mas su vida no tan solo se estancó en las tablas y en las artes escénicas, sino que, en 2017, la nombraron Caballero de la Legión de Honor por el Gobierno francés e igualmente como Dama del Imperio Británico por la Reina Isabel II.
A pesar de su exitosa vida en el mundo del cine, en la década del 60 se mudó a París en donde se acogió al anonimato.
Luego de refugiarse en su nueva vida en la lujosa ciudad francesa, solamente actuó de manera esporádica. En 1986, ganó un Golden Globe luego de su rol en Anastasia: The Mystery of Anna.
Se sabe muy poco acerca de su vida privada. Se casó en dos ocasiones: una con el escritor, Marcus Goodrich; otra con el periodista, Pierre Galante. Como parte de ambas relaciones amorosas, tuvo a un hijo y a una hija.