Esta semana se enfrentan en la taquilla dos criaturas creadas digitalmente que comparten escena con humanos. Me refiero a la comedia Sonic the Hedgehog, la cinta más taquillera de esta semana, y Buck, el perro protagonista de la aventura familiar The Call of the Wild, la oferta del estudio 20th Century Studios, antes 20th Century Fox.
Bajo la sombrilla de Disney, esta propuesta, basada en el clásico del mismo nombre escrito en 1903 y que ha sido llevada a la pantalla en varias ocasiones, presenta la conmovedora historia de un perro mestizo, o sato, que pasa de ser una dócil mascota a encontrar a su verdadera bestia interior y su lugar en el mundo.
PUBLICIDAD
Podemos dividir la historia en dos hilos narrativos, comenzando con el cambio repentino de ambiente de nuestro protagonista cuando pasa de llevar una idílica vida como la mascota de la familia de un cotizado juez (Bradley Whitford), a ser robado y vendido como un perro de trineo (sled dog) a una pareja que se dedica a entregar la correspondencia de pueblo en pueblo, durante la fiebre del oro gold rush a finales del siglo 19 en el gélido territorio de Yukon en Canadá.
Durante este acto, Buck experimentará la rudeza de otros de su especie que lo obligarán a pisar fuerte ante sus nuevos adversarios, aprovechando su enorme tamaño. Por circunstancias que no revelaré, pasará a convertirse en el acompañante de un huraño y solitario hombre, devastado por la muerte de su hijo, interpretado por un convincente Harrison Ford, quien refugia su dolor en el alcohol y en la relación que desarrolla con Buck, territorio desconocido para ambos. El can, que fue generado digitalmente, podría distraer durante los primeros minutos. Sin embargo, este tropiezo técnico no impedirá que el espectador disfrute de una aventura sostenida por una sólida historia y una imponente presentación visual. Esta versión aliviana su tono para acercarse a un público más amplio, incluidos los más pequeños.
The Call of the Wild no está exenta de problemas que amenazan con afectar la experiencia, como la digitalización de todos los animales y algunos personajes de apoyo que registran como caricaturas. Es el caso de Dan Stevens (Beauty and the Beast) y Karen Gillian (Jumanji, Guardian of the Galaxy), quien pasa inadvertida con una limitada participación.
En resumen, el director Chris Sanders, cineasta con vasta experiencia en la animación (Lilo & Stitch, How To Train Your Dragon) logra mantener un tono equilibrado con impresionantes secuencias de acción, algunos acertados momentos cómicos, y una conmovedora historia sobre la voluntad y el liderazgo desde la perspectiva de un perro, sin cruzar la raya del melodrama. The Call of the Wild es una gran aventura que insertará esta clásica historia en el gusto de nuevas audiencias.