MIAMI — Pablo Lyle recibió un cachetazo el miércoles cuando una jueza rechazó su pedido de viajar a México y le ordenó permanecer en Miami mientras continúa su proceso judicial. El actor mexicano está acusado de homicidio por haber golpeado fatalmente a un hombre mayor tras una disputa vehicular.
En una breve audiencia realizada en los tribunales estatales del condado de Miami-Dade, la jueza Marlene Fernández-Karavetsos dijo que le preocupa que Lyle no regrese a futuras audiencias judiciales si viaja a su país natal. Accedió, sin embargo, a flexibilizar su arresto domiciliario en Miami para darle más libertad de movimiento, con la condición de que por las noches regrese a dormir al departamento donde vive en un área céntrica de la ciudad.
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El pedido de un permiso para viajar a México “fue denegado”, dijo Bruce Lehr, uno de los abogados del actor, tras la audiencia. “Pero la jueza le permitió que pase de una detención domiciliaria muy restrictiva a tener una vida normal”.
Lyle, quien actuó en la telenovela mexicana “Mi adorable maldición” y alega que es inocente, seguirá llevando en su tobillo un monitor GPS que le permite a las autoridades conocer sus movimientos las 24 horas del día.
La decisión de la jueza se conoció una semana después de que el actor le solicitara permiso para regresar a México con el fin de estar cerca de su familia y poder trabajar. Le prometió que volvería a Miami para enfrentar las acusaciones, pero la fiscalía expresó su temor de que eso no sucediera.
El proceso judicial de Lyle lleva 10 meses y el actor no está autorizado a trabajar en Estados Unidos. Sus abogados aseguraron el miércoles que permanece en este país de manera legal, aunque no ofrecieron detalles. En una audiencia anterior habían dicho que su visa de turista estaba por vencer.
Lyle vive en un apartamento que es propiedad de su hermana y su cuñado, pero su esposa y sus hijos permanecen en México.
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El actor de la serie de Netflix “Yankee” ingresó tranquilo a la sala de audiencias por una puerta trasera, vestido con traje gris claro y corbata oscura al tono. Lucía barba y saludó con un “Good morning” (buenos días) a los periodistas que esperaban sentados el inicio de la sesión al otro lado del estrado de la jueza. Escuchó parado la decisión de la magistrada y se retiró sin hacer declaraciones.
La defensa de Lyle busca que la justicia deseche su caso, alegando que actuó en defensa propia. Un juez anterior desestimó esos argumentos y ordenó seguir con el proceso judicial, pero los abogados del actor apelaron esa decisión ante una corte de mayor jerarquía que aún no se ha pronunciado. Si la corte desecha los argumentos de defensa propia, el caso seguiría con un juicio.
La jueza fijó una nueva audiencia para el 20 de marzo con el fin de conocer cuál es el estado del caso de Lyle en la corte de apelaciones.
“Él tiene una actitud positiva, tiene confianza en sus abogados y en sus amigos”, dijo Alejandro Sola, otro de los abogados del actor.
La confrontación vehicular fue el 31 de marzo, cuando el cuñado de Lyle trasladaba al actor, su esposa y dos hijos al aeropuerto de Miami y se cruzaron con el automóvil de Juan Ricardo Hernández, un cubano de 63 años.
Según imágenes de videos de seguridad, Hernández se bajó de su vehículo en un semáforo en rojo y se acercó a la ventanilla del automóvil en el que viajaba Lyle para reclamar que le habían cerrado el paso. El cuñado de Lyle bajó de su auto y discutió con Hernández, pero cuando vio que su vehículo se movía, regresó. Fue entonces cuando Lyle _que estaba en el asiento de acompañante_ se bajó, corrió hacia Hernández y lo golpeó en el rostro.
Hernández quedó solo en el piso mientras el vehículo de Lyle se alejaba. Pocas horas después Lyle fue detenido en el aeropuerto de Miami, cuando se aprestaba a viajar a México, y salió en libertad bajo fianza.
Cuatro días más tarde, Hernández falleció en un hospital por una lesión cerebral causada por el traumatismo. Lyle ha manifestado que lo golpeó porque temía que el cubano lo atacara con un arma.