Elsa y Fred estuvo cerca de año y medio en cartelera en Puerto Rico y más de 150,000 personas la vieron. ¿A qué le atribuyes ese éxito?
Yo creo que es una historia que genera mucha empatía en la gente, no solo por la simpatía de los viejitos y la historia de amor y las travesuras de Elsa. Creo que calaba hondo en la gente por el subtexto que tiene. Habla de cómo no nos damos cuenta que estamos vivos y de que un día nos vamos a morir y qué hacemos con ese tiempo que nos es concedido. Fue un fenómeno en muchos lugares de Europa, en Latinoamérica, en Irán, en lugares muy extraños para mí.
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Existe un tema también recurrente en tu filmografía y es la condición humana, el humanismo en las personas, las interrelaciones. Lo vimos en Tocar el cielo, en Corazón de León e incluso en Inseparables.
A mí lo que más me interesa en el cine es el aspecto humano. Me interesan las personas y convertirlas en personajes, incluso más que las historias. Si no tengo personajes fuertes y empáticos, de los que yo me enamore, difícilmente la gente después se enamora.
Otro tema que exploras en tus películas es el tema del empoderamiento de la mujer. Siempre las mujeres en tus películas son mujeres fuertes.
La mujer es más fuerte que el hombre, y no hablo de una fuerza física; estoy hablando de una fuerza natural y una fuerza espiritual. Es más inteligente que el hombre porque maneja muy bien el mundo de la inteligencia emocional, que el hombre, en muchas culturas, no la tiene desarrollada. Cuando una mujer está formada intelectualmente, además, es una bomba que lo puede todo, y además maneja naturalmente, por lo menos, 4 o 5 capas de pensamiento que los varones no manejan. De hecho, dicen que los varones hablamos un promedio de 3,000 vocablos por día y las mujeres 12,000. Por eso son fuertes mis mujeres.
El cine argentino está pasando por un buen momento. En los últimos años, hemos visto películas nominadas al Óscar. Ahora se está hablando de La odisea de los giles, tuvimos El secreto de sus ojos, El clan, Relatos salvajes, El ángel, etc.
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Yo diría que hace 20 años hasta acá, hubo un cambio generacional en los directores y en los productores. También que creo que rescatamos el gusto del argentino por el cine argentino. En el pasado, se hicieron muchas películas de corte procaz de humor muy barato, de mal gusto o películas demasiado pseudointelectuales, y trataban de imitar el cine francés de Godard o Truffaut, que, por supuesto, no eran más que películas lentas, aburridas y pretenciosas, y el público se alejó del cine. Y después hubo un cambio en nuestra generación, que comenzamos a filmar desde otro lugar. No tratando de imitar a nadie, sino de tener nuestra propia identidad, con ideas distintas y con maneras de filmar distintas.
Cuéntame de El cuartito
Me gusta generar personajes y trabajar en el género de la comedia dramática y el drama, porque me parecen que son géneros amables y digeribles a la hora de manipular una información sensible, y esta tiene un tema delicado, que es el tema migratorio y cómo Estados Unidos tiene reglas a veces un poco duras y, para mi juicio, extralimitadas a la hora de tratar a un inmigrante que no cumple o que está violando alguna ley. Trata un poco de eso de manera simpática, con personajes algunos retenidos en el cuartito del aeropuerto de San Juan, de manera injusta, por una confusión. No voy a revelar mucho, pero tenemos a un mexicano, tenemos a una puertorriqueña, tenemos a un español, tenemos a un dominicano.
¿Has tenido la oportunidad de ver cine puertorriqueño?
Me encanta. Creo que hay mucho talento acá, me seduce a nivel artístico, a nivel técnico y a nivel musical ni hablar. Es un cofre de grandes artistas.
¿Qué piensas de La odisea de los giles como la selección oficial de Argentina para el Óscar?
Me encanta porque es una película, porque el director Sebastián Borensztein es muy amigo y porque me parece que la película es un retrato vivo de un momento histórico de Argentina, y los personajes son como me gustan a mí: muy humanos. Además, es una película aspiracional y justiciera.