El reconocido actor puertorriqueño Modesto Lacén regresa a la gran pantalla con el estreno de la comedia ¡He matado a mi marido!, que estrena hoy en las salas del país.
Lacén encarna el personaje de Mosi, un abogado cubano de la ONU, que resulta ser el prometido de la hija de Remedios (María Conchita Alonso) y es discriminado por su color de piel.
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“Es una sátira donde se tratan de encubrir todas las mentiras de la familia de Remedios. Todos tienen sus secretos y, a raíz del asesinato del marido de Remedios, comienzan a descubrirse muchas verdades”, explicó en torno a la trama.
“Mosi es una persona educada, digna y con mucho orgullo de sí mismo. Se parece a mí en el sentido de que él tiene que lidiar con personas que no se sienten cómodas de tener a gente negra a su alrededor y lo maneja de una manera muy elegante y con mucho tacto. Pero en el momento en que tiene que tomar acción, la toma. Me identifico con Monsi porque yo también he tenido que manejar esas situaciones y lo hago con orgullo y con respeto, pero cuando tenemos que hablar las cosas de frente, lo hago también”, compartió entusiasmado al detallar que hay “una escena muy bonita con María Conchita Alonso en la cual Mosi cambia la manera de pensar de Remedios”.
En ese sentido, el loiceño radicado en Los Ángeles consideró que en la industria del entretenimiento se está abriendo la brecha y creando conciencia para erradicar el racismo en todos los sectores, pero aún falta mucho por hacer.
“Se están abriendo puertas poco a poco para comerciales y algunos proyectos, pero todavía falta. Sí, hay más personajes que son afroamericanos, latinos, o como los llaman acá, ambiguos culturalmente o ambiguos étnicamente, pero todavía falta más, porque si vemos la televisión latina, no hay caras negras o hay bien pocas en roles secundarios. Creo que se está abriendo la brecha y hay una conciencia mayor, pero todavía falta”, señaló.
No obstante, consideró que en la pantalla grande se está viendo más variedad multicultural.
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“Hace falta continuar creando conciencia porque mientras se siga diciendo: ‘Voy a poner un actor negro para que vean qué diverso soy’, todavía hay un problema. Lo ideal sería que lleguemos a un momento que llamen al actor por su talento sin importar su etnia y color de piel. Cuando se cubren cuotas por cubrir unos mercados, no hay honestidad. Se está abriendo la brecha, pero todavía falta más”, sostuvo.
Por otro lado, el también histrión de las series Celia y La esclava blanca se verá, además, en la película La barbería, basada en una obra de teatro que hizo en Nueva York Off Broadway en 2011. La cinta, que explora de una manera humorística el tema de la gentrificación en la comunidad dominicana de Washington Heights en Nueva York, podría estrenar en julio.
Entre otros proyectos, Lacén regresa a Puerto Rico para ofrecer unos talleres de actuación en Ponce, en el café teatro Proscenium.
“Hay muchas personas interesadas en el mundo del cine y en aprender cómo funcionan los procesos de audiciones. He tenido buenas respuestas y esto me entusiasma mucho. Me encanta enseñar y me sirve para refrescar los conocimientos”.
Su regreso también responde a la participación del cortometraje Satos, que escribió y dirige su colega Roselyn Sánchez.
Será homenajeado en la Parada de Nueva York
“La cultura afro está tomando mucho auge, precisamente después del huracán. Siento que ha habido una reafirmación de lo que somos a través de la música y el baile, específicamente de la bomba, y gracias eso, la próxima parada de Nueva York se dedica a Loíza”.
“Estoy bien contento por ese honor y por la importancia que se le está dando a la cultura afro. Siento que hay más visibilidad, y el pueblo de Loíza está en boca de todos de manera positiva y de manera constructiva. Creo que es una gran celebración no solo por el logro de los loiceños, sino por la cultura afro”, puntualizó.