Este jueves se estrena la versión de Tim Burton del filme animado de Disney.
En 1941 se estrenó mundialmente Dumbo, la película animada de Disney sobre el elefantito que tenía las orejas grandes, por lo que era víctima de un sinnúmero de burlas y comentarios crueles.
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La cinta, basada en un libro infantil, fue un éxito y por lo mismo ahora volverá a la vida pero en versión humana y dirigida por Tim Burton, teniendo este jueves su estreno en los cines.
Sin embargo, la historia verdadera de Jumbo Jr. es infinitamente más trágica que lo que se ve en las pantallas. En 1862 fue capturado en Abisinia, lo que es en la actualidad Etiopía, cuando apenas tenía 2 años y medio.
Para ser atrapado, primero los hombres mataron a su madre, y luego enviaron al pequeño paquidermo a París, donde llegó en pésimas condiciones. Luego fue derivado a Londres, tras ser cambiado por un rinoceronte.
Según informa El País, en 1865 apareció el elefante en el zoológico de la capital inglesa y el director del recinto dejó escrito el verdadero estado en que se hallaba el animal: “Nunca había andado por los caminos de Dios una criatura más deplorable y enferma”.
Sin embargo, un trabajador llamado Matthew Scott se encargó de cuidarlo, alimentarlo y durmió en la jaula durante seis meses con Jumbo, creándose un gran vínculo entre ambos. Esto eso sí igual causó problemas en el paquidermo, ya que era muy tímido y no podía estar mucho rato a solas. Incluso, le presentaron a Alice, una elefantita para que fuera su pareja, pero prefería quedarse con el hombre.
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Con los años eso sí, y a medida que fue creciendo, el elefante se convirtió en una estrella y miles de personas acudían a verlo. Incluso un menor llamado Winston Churchill iba siempre a maravillarse con él.
Pero el verdadero Dumbo no era feliz. Durante el día mostraba una imagen alegre y simpática, pero en las noches destruía todo lo que se le atravesaba. En las horas de luz, era amable con los niños y estos se podían subir sobre él. A oscuras, nadie podía siquiera acercarse.
“No tengo dudas de que el estado del animal es tal que mataría a cualquiera (excepto a Scott) que se atreviera a entrar en su jaula. Hasta ahora, Scott ha conseguido que el animal esté perfecta y completamente bajo su control. Cuánto puede durar esta situación es imposible de decir”, escribió al respecto el director del zoo.
En ese instante el elefante tenía 20 años, pero sus huesos parecían los de un paquidermo de 50, debido a todo el peso que debía cargar producto de los menores y no tan chicos que se subían sobre él. Además, era alimentado por pasteles, algo insólito ya que ese producto no debería estar para nada considerado como comida para animales de este tipo.
Pero Scott lograba controlarlo con un ingrediente secreto. Cada vez que Jumbo estaba furioso, le daba whisky. Por lo mismo en el día se veía feliz, ya que estaba completamente borracho.
El dueño del zoológico estaba muy preocupado eso sí por los ataques de ira del animal, así que decidió venderlo a un circo de un millonario norteamericano llamado P.T. Barnum, a cambio de 200 mil euros, algo así como 153 millones de pesos chilenos. Y pese a que los ingleses se enojaron ya que se iba el tesoro nacional, apenas llegó a suelo estadounidense fue presentado como un espectáculo en Broadway, viajaba en tren de ciudad a ciudad y era parte de una comitiva en donde estaban la feria de los “freaks” como la mujer barbuda o los hermanos siameses.
“Jumbo, el animal más grande del mundo”. Así era vendido como el acto central del show. Pero en 1885 todo terminó. Jumbo y otro elefante chiquitito estaban esperando ser ingresados a sus jaulas, cuando una locomotora iba a toda velocidad hacía el menor. Ante esto, el verdadero Dumbo se puso delante para proteger al más pequeño, siendo impactado de lleno, muriendo al instante.
Esa fue la explicación del dueño del circo, pero más de 100 años después es puesta en duda. “Attenborough and the Giant Elephant”, un documental del 2017 a cargo de Sir David Attenborough, asegura que esa historia es falsa y que la verdadera muerte del elefante se debió a una negligencia: mientras era subido a un tren, pasó otro ferrocarril por la vía contraría, siendo golpeado duramente, muriendo por una hemorragia interna.
La verdad quizás nunca se sepa, pero a los 20 años se acabó la vida de Dumbo, siendo que pudo haber vivido decenas de años más. Pese a esto, siguió siendo la estrella del show ya que Barnum vendió su esqueleto, mientras que ordenó disecar al animal, para así seguir llevándolo a todos lados como acto central de su circo.
Por lo mismo su nombre se siguió popularizando y por él sigue llamándose Jumbo a los productos grandes, porque en Estados Unidos aún se sigue considerando que el elefante fue lo más grande que existió a nivel mundial.