En medio de la desesperanza que viven aún muchas comunidades tras el paso del huracán María por el terruño boricua, el Coro de la Universidad de Puerto Rico y Coralia –ambos del Recinto de Río Piedras–, quisieron llevar más que asistencia material, un alivio para el alma de los miles de damnificados.
Así nació Canta y Siembra: Resuena la Esperanza, una iniciativa de ambos grupos corales, en alianza con la Fundación Comunitaria de Puerto Rico, para llevar música y esperanza a las comunidades luego del paso
del fenómeno atmosférico. Después de María, la celebración de un gran concierto de gala en la Navidad –presentación emblemática del Coro– no parecía ir acorde con la situación que entonces vivía el país y que aún vive. Decidieron unirse a los esfuerzos de recuperación de las comunidades más afectadas ofreciendo su talento, tiempo y energía al servicio de Puerto Rico.
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“Al ver que el país tenía tanta necesidad, queríamos ser más proactivos en la recuperación del peor desastre que ha vivido Puerto Rico en la historia moderna. Nos dimos a la tarea de planificar un evento que se circunscribiera a lo que nosotros hacemos que es cantar; cantar a las comunidades que necesitan un poco de tranquilidad, de sosiego después de tantos meses de agonía, de desolación, desesperanza, ansiedad”, explicó Reynaldo Conesa, integrante de Coralia y coordinador principal del proyecto, una iniciativa que refleja el compromiso social y la solidaridad de los estudiantes.
El proyecto que viajó a través de la isla tendrá su clausura este próximo miércoles, 9 de mayo, con un gran concierto que lleva el nombre de la iniciativa, en el emblemático Teatro Tapia en el Viejo San Juan. La presentación servirá además como un recuento de cada una de las visitas, con videos y fotos que llevarán al público a través de momentos vividos en las comunidades impactadas.
“Con este concierto lo que queremos hacer es cantar gran parte del repertorio que cantamos en estas visitas, y junto a eso estamos cantando un repertorio que está dedicado al amor, la generosidad, la caridad y al aspecto espiritual, un poco la sanación espiritual. También un repertorio que es el nuestro, de nuestra tierra, porque le estamos cantando a nuestra tierra y nuestra gente”, expresó a Metro la profesora y directora coral, Carmen Acevedo Lucío.
El proyecto superó las expectativas de los propios miembros de la organización coral. Lo que comenzó como algo a pequeña escala, se convirtió en una gran iniciativa de impacto social que llevó a ambos coros hasta doce municipios a través de toda la isla desde el mes de febrero, no solamente para cantar, sino también para hacer entrega de suministros. Cada uno de los eventos culminaba, además, con una gran siembra de árboles como parte del reverdecimiento de la isla y la recuperación del medio ambiente, duramente impactado por María.
“La primera visita, que fue Morovis y Orocovis, para mi fue muy emocionante porque mi mamá es de Orocovis y ella al saber del proyecto quizo ir conmigo. Fue la primera vez que vi verdaderamente la cantidad de personas que todavía tenían tanta necesidad. Para ser muy honesto, yo pensaba, ’bueno, pues ya todo debe estar mejor, ya yo tengo luz, ya yo tengo agua’, pero estas personas estaban todavía sin gua, sin luz”, relató Jairo Santana Figueroa, integrante de Coralia. “Le estábamos cantando no solamente a ellos, sino a las personas que lamentablemente se perdieron en el huracán”, añadió el joven.
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Municipios visitados por el Coro UPR y Coralia como parte de la iniciativa:
- Morovis
- Orocovis
- San Juan
- Yabucoa
- Maunabo
- Hatillo
- Arecibo
- Vieques
- Loíza
- Fajardo
- Humacao
- Caguas
El grupo coral llevó hasta las comunidades un repertorio que incluyó obras tradicionales, folclóricas y temas populares en pueblos estratégicamente seleccionados como zonas gravemente afectadas, previamente identificados por la Fundación Comunitaria de Puerto Rico, organización que orientó y colaboró en la coordinación de las visitas. Asimismo, la organización Para la Naturaleza respondió de inmediato al llamado de los coros, proveyendo todos los árboles que han sido sembrados en las distintas comunidades y acompañando a los coralistas en cada evento. Con la siembra se impactaron diversas áreas como parques, playas, espacios aledaños a escuelas, plazas, orillas de carreteras, entro otros.
“Para la Naturaleza realmente ha sido nuestro aliado en cada proyecto, están con nosotros, ellos llevan los árboles, los picos, las palas, van dos o tres días antes para determinar dónde se va a sembrar”, relató la directora coral.
La profesora recordó de forma jocosa la experiencia de las coralistas en al siembra de árboles, al tiempo que destacó el valor de esa acción en cada uno de los estudiantes universitarios. “El primer día, viéndolos sembrar, los observaba y como que todo el mundo un poco torpe, pero ya en las últimas visitas, yo los veo y es una cosa increíble, es cuestión de nada ya siembran una docena de árboles”, relató. “Aunque el proyecto termina, su efecto va a estar ahí por siempre, porque el día que pasemos pro esa carretera, los muchachos van a decir, ’yo sembré ese árbol’. Han cobrado conciencia de la importancia del cuido de nuestra tierra, de nuestro terreno”, destacó, mientras hablaba sobre el impacto de la iniciativa, en ocasiones presente en los detalles que parecen minúsculos, pero que en realidad pueden transformar una vida.
“Es el regalo de amor a través de la música, el compartir con las personas, porque hay veces que las personas se acercan a los muchachos y lo que quieren es conversar”, expresó.
Los sobre 100 coralistas tenían como deseo llevar alegría y sobre todo dejarle saber a los residentes de las comunidades que no están solos. La iniciativa se trabajó conjuntamente con los líderes y residentes de las comunidades. Otra organización que se unió a la organización coral en alianza fue la Liga de las Cooperativas, cuya sede ubica en Río Piedras.
“Fuimos casa por casa, yo fui donde todos mis vecinos y les dije, ’mira, ¿ustedes tienen algo?, lo que sea, yo necesito ropa, necesito juguetes, necesito pañales, comida, agua, hay gente que necesita esto’. Como han dicho los compañeros, gracias a Dios ya nosotros estábamos más o menos normal. Al sol de hoy todavía nada está normal, sin embargo estábamos mejor que los días después del huracán y ver cómo estas personas aún sufrían fue algo muy íntimo para nosotros, porque nuestro sentimiento de empatía se elevó a un nivel… en más de una ocasión canté llorando”, recordó Alexandra Robles, integrante del reconocido Coro IUPI.
“No fue solo lo material, sino que llegamos a las almas de la gente y yo creo que un momento como este, eso es lo más que hace falta, tú ves tanta tristeza, tanta decepción en la calle, que el poder llevar algo más allá de lo físico, sino tocarles el corazón, es algo que no tiene precio”, destacó la joven coralista.
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La empacadora Hill Brothers también fue parte del grupo de compañías que colaboró mano a mano con ambos coros, proveyendo un centro de acopio que permitió a coralistas almacenar las enormes cantidades de suministros que lograron recaudar y que luego fueron empacadas en paletas por dicha empresa. El calendario de visitas a los municipios culminó este pasado sábado en Caguas y Humacao, uno de los primeros pueblos en recibir el impacto del huracán María.
“Yo quisiera recalcar que este es mi primer año en el Coro y también mi primer año de universidad y para mi ha sido súper gratificante que mi primer proyecto con el Coro haya sido uno de tal magnitud y lo más que me emociona es llegar a los sitios y después de cantar verle esa sonrisa de felicidad a la gente”, destacó Gabriel Montañez, integrante de Coro UPR.
Con el proyecto y el concierto de este miércoles, el Coro UPR y Coralia también buscan crear conciencia sobre las diversas maneras en las que se puede ayudar a las comunidades, así como provocar el cambio y la transformación que anhela el país en este momento de crisis, unificando el arte coral con el trabajo comunitario.
“Cantar por cantar no vale, uno canta porque uno quiere afectar las personas de una manera muy profunda. Tenemos que sensibilizar a la gente, nosotros hemos perdido mucha sensibilidad a través de los años, yo creo que a través de la música la sensibilidad nace fácil”, afirmó Acevedo Lucío.
La entrada al concierto Canta y Siembra: resuena la esperanza, es libre de costo. El boleto lo puede adquirir a través de la Unidad de Eventos del Decanato de Estudiantes de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Para más información puede comunicarse al 787-764-0000, extensión 86620 / 86629 / 86630. También habrá boletos disponibles en la boletería del Teatro Tapia la noche del concierto –pautado para las 7:00 de la noche–, aunque será una cantidad limitada, por lo que se recomienda adquirirlo de forma anticipada.
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Sobre Coro UPR y Coralia
El Coro de la Universidad de Puerto Rico se fundó en el año 1936 y se destaca por su longeva tradición. Esta extensa trayectoria incluye participaciones en prestigiosos escenarios locales, así como un sinnúmero de viajes a través de los EE.UU., Colombia, Chile, Panamá, Venezuela, Costa Rica, entre otros destinos. De igual forma, ha realizado presentaciones en importantes salas tales como: Carnegie Hall, Lincoln Center, Brooklyn Academy of Music y Unión Panamericana.
Asimismo, Coralia se fundó en 1982 por su actual directora, la profesora Carmen Acevedo Lucío y es un conjunto que se caracterciza por su experiencia coral y por la diversidad de sus integrantes. Esta agrupación ha representado a Puerto Rico en competencias y prestigiosos festivales en Europa y América, posicionándose como el coro puertorriqueño de mayor presencia internacional.