NUEVA YORK— La 90a entrega anual de los Premios de la Academia fue sin duda un momento de triunfo para los latinos.
Guillermo del Toro se convirtió en el tercer cineasta mexicano en ganar el premio al mejor director, y su fastuosa fantasía de la Guerra Fría “The Shape of Water” fue coronada como mejor película. El superéxito de taquilla “Coco”, la mayor producción de un gran estudio con un elenco y equipo mayoritariamente hispano, se llevó los premios a la mejor cinta animada y mejor canción. Lin-Manuel Miranda les recordó a los espectadores sobre la reconstrucción de Puerto Rico tras la devastación del huracán María. Lupita Nyong’o defendió a los Dreamers. Rita Moreno regresó resplandeciente, con el mismo vestido que usó en los Oscar de 1962. Y “Una mujer fantástica” de Chile se impuso como mejor película en lengua extranjera.
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Pero los Oscar también fueron, por donde se los mire, una anomalía. Así de grande como fue el papel de los hispanos en la ceremonia del domingo, así de pequeña fue su representación en Hollywood el resto del año.
“Fue un poco irónico”, dijo Alex Nogales, presidente de la Coalición Nacional Hispana ante los Medios. “Al tener tantos presentadores, están presentando una industria muy diversa cuando no lo es. Se puede apreciar que están ahí, pero entonces cabe preguntarse: ¿es realmente Hollywood así? Y la respuesta es no”.
Pese a representar el 18% de la población estadounidense, y el 23% de quienes asisten al cine con frecuencia, según estadísticas de la Motion Picture Association de 2017, los hispanos están crónicamente infrarrepresentados en las películas. Un estudio de la Escuela Annenberg de Comunicación y Periodismo de la Universidad del Sur de California halló tan solo un 3% de personajes latinos con diálogos entre las 100 principales películas de 2016.
No hubo ningún actor latino nominado este año, como suele suceder. Demián Bichir (“A Better Life”) fue el último, hace seis años, y solo un puñado han ganado Oscar, incluidos Moreno, José Ferrer, Anthony Quinn y Benicio del Toro.
América Ferrera, en un artículo publicado en 2016 en Deadline, escribió: “Todos los públicos quieren ver el mundo en el que viven reflejado en las pantallas grande y chica. Llega un cierto punto en el que se vuelve inevitable notar que estamos siendo ignorados”. Y Chris Rock, en una columna publicada en 2014 por The Hollywood Reporter, dijo: “Olvídense si Hollywood es lo suficientemente negra. Una mejor pregunta es: ¿es Hollywood lo suficientemente mexicana?”.
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Mientras la campaña #OscarTanBlanco renovó las críticas sobre la falta de diversidad en la industria, los latinos a menudo han quedado fuera de la discusión.
La Coalición Nacional Hispana ante los Medios realizó dos manifestaciones antes de los Oscar: una afuera del almuerzo anual para los nominados en Beverly Hills, y otra en Hollywood el sábado. Pero Nogales cree que es necesario tomar medidas más contundentes. Dice que le ha pedido a cada uno de los seis grandes estudios de cine que se reúnan con el grupo en los próximos 10 días, o la coalición comenzará a boicotearlos uno a uno.
“Es una propuesta de tómalo o déjalo”, dijo Nogales, quien lucha porque hayan más latinos nacidos en Estados Unidos en los medios. “Somos una fuerza de 50 millones (de habitantes), así que podemos afectar el balance”.
El poder de los hispanos en taquilla quedó evidenciado en especial con “Coco”, una producción de Pixar que cambió durante su desarrollo para contar una historia más auténticamente mexicana. Adrián Molina fue llamado como codirector de la cinta animada, que ha recaudado 745 millones de dólares a nivel global y rompió records de taquilla en México.
“Comenzamos a hacer ‘Coco’ hace seis años y el clima político era muy diferente, por supuesto, que el de ahora”, dijo el director Lee Unkrich en la sala de prensa tras ganar el Premio de la Academia el domingo. “Mientras estábamos haciendo la película, tuvimos un cambio de presidencia y muchas cosas empezaron a decirse sobre México y sobre los mexico-estadounidenses que eran inaceptables”.
“Empezamos a sentir una nueva urgencia por sacar la película al mundo”, añadió. “Sabíamos lo importante que era”.
El presidente Donald Trump, cuyas políticas migratorias y promesa de construir un muro entre Estados Unidos y México han sido profundamente impopulares entre los latinos, siguió la transmisión de los Oscar tuiteando el lunes que México tenía que hacer “mucho más para evitar que las drogas entren a raudales a Estados Unidos”.
Del Toro, sin embargo, habló en el escenario del Teatro Dolby sobre el poder del arte para “borrar las líneas en la arena”. El realizador de 53 años nacido en Guadalajara comenzó su primer discurso diciendo, “yo soy un inmigrante”.
Su victoria lo coloca con sus compatriotas Alejandro González Iñárritu (“Birdman”, “The Revenant”) y Alfonso Cuarón (“Gravity”) _ en conjunto apodados los “Tres amigos” _ como los tres cineastas nacidos en México galardonados con el Oscar a la mejor dirección, todos en los últimos cinco años. Los viejos amigos, que suelen compartir sus guiones, apoyarse y aconsejarse, han dominado los Premios de la Academia por media década como pocos antes que ellos.
“Cada vez que podemos demostrar en cualquier foro, sea en el deporte, la ciencia, el arte, la cultura, donde sea, lo que tenemos que ofrecerle al discurso mundial, a la conversación mundial, es extremadamente importante”, dijo Del Toro entre bambalinas. “Y es extremadamente importante que cuando lo hagamos recordemos de dónde venimos, porque se trata de honrar nuestras raíces, de honrar a nuestro país”.