Tejer un libreto para escenificar cuatro décadas de una carrera exitosa no es tarea fácil, menos cuando se trata de la historia musical de una de las figuras de la canción caribeña que mayor trascendencia ha logrado en tiempos recientes.
Pero nada es imposible. Y Gilberto Santa Rosa lo logró plasmando en un concierto los momentos más significativos de sus 40 años de vida artística, un evento memorable que tuvo lugar la noche del sábado frente a un público que llenó a capacidad el Coliseo de Puerto Rico.
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El espectáculo, que se extendió por espacio de tres horas y que llevó por título “40… y contando”, hilvanó cuidadosamente la trayectoria del nombrado “Caballero de la Salsa”, con deslumbrantes saltos escénicos e invitados especiales que evocaron los momentos más significativos de lo que ha sido, sin dudas, una carrera magistral, tanto en la salsa como en el bolero.
A lo largo del concierto, Santa Rosa reafirmó su poderío como intérprete y sonero, además de mostrar su fuerza escénica, la elegancia y distinción de un artista cabal y su versatilidad como percusionista.
Al filo de las 9:00 de la noche la portentosa orquesta del cantante, al mando del trombonista Georgie Torres, sonó los acordes de “Déjate querer”, canción que inició una estupenda velada salsera que, en su primera parte, incluyó las interpretaciones de “Vino tinto”, “Montón de estrellas”, “Yo no te pido”, “Conciencia”, “Derroche”, “No me dejes solo” y “El amor de los amores”.
En ese último tema, una inspiración del versado cantautor Juan José Hernández y que forma parte de la más reciente cosecha de Santa Rosa, subió a escena Víctor García, destacado músico y director de la Sonora Sanjuanera, quien se encargó del acompañamiento al piano.
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En otro momento, el salsero unió su voz a la interpretación de “Que se sepa” junto al músico y cantante Francisco Rosado Rosario, conocido como “Pirulo”, representante de la nueva generación salsera puertorriqueña.
El espectáculo hizo espacio para el deleite del filín y el romanticismo que yace en el artista al cantar “Amor para la historia” y “Mentira”, dos de los más grandes éxitos de su cancionero romántico.
Luego comenzaron a aflorar los recuerdos que han trazado huellas en las andanzas musicales de Santa Rosa, desde sus inicios en la década de 1970 junto a su primer cómplice de aventuras sonoras, el maestro Pedro Morales Cortijo, “Don Perignon”, con quien organizó su primera agrupación, La Potencia, cuando apenas tenía 16 años de edad.
Con Don Perignon, líder de la agrupación La Puertorriqueña, cantó “La ley #10”, para dar paso a la interpretación de “Los rosales”, en esta ocasión acompañado en la trompeta de Mario Ortiz, hijo, vástago del recordado músico y director Mario Ortiz, con el cual Santa Rosa comenzó su carrera profesional.
Entonces llegó el instante de rememorar el tránsito de Santa Rosa junto a la banda de Tommy Olivencia al interpretar “Satisfacción”, el bolero-son “Atrevida” y “Como sube la gasolina”. En esa parte estuvo en tarima Tomás “Tomito” Olivencia en el timbal y el inigualable Paquito Guzmán, recibido con una fuerte ovación, en el acompañamiento vocal.
Momento especial aconteció cuando se anunció la presencia del maestro Willie Rosario, líder de la orquesta con la cual Santa Rosa comenzó a despuntar como una de las personalidades más versadas del movimiento salsero.
Con el director de la denominada banda que deleita interpretó “Lluvia”. Un coro de voces de más de 18,000 fanáticos cantó al unísono uno de los éxitos más importantes de la salsa de la década de 1980 y, al terminar, un agradecido artista dirigió con su mano hasta el centro del proscenio a quien considera uno de sus más importantes mentores para que fuera merecedor del sonoro aplauso de su público.
“Sin voluntad”, “Mal herido”, “Me volvieron hablar de ella”, “Qué manera de quererte”, “Impaciencia”, “Sombra loca”, “Conteo regresivo” y “Almas gemelas” continuaron alimentando la gran fiesta de celebración musical que, a partir de entonces, fue sorprendiendo a la audiencia con sus invitados de lujo.
El primero fue Víctor Manuelle, salsero de buen linaje que comenzó sus pasos en la música apadrinado por Gilberto Santa Rosa, con quien cantó “Si te dijeron” y “Salsa pa’ olvidar las penas”.
Luego le tocó el turno a Tito Nieves con “De mi enamórate”, Luis Enrique con “Tú no le amas, le temes” y Eddie Santiago con “Tú me quemas”, momento que llenó de frenesí al público. Al final, todos junto al “Caballero de la Salsa” cantaron “Vivir sin ella”.
Otra gran sorpresa fue el arribo en tarima del veterano rapero Vico C, quien vocalizó a dúo con el salsero “Lo grande que es perdonar”, una canción que grabaron juntos en el año 2005.
Mas el festejo musical no podía terminar sin que Santa Rosa deleitara a sus fanáticos con el talento de la nueva cosecha salsera puertorriqueña que en los últimos años ha asumido el relevo generacional de este género: Gerardo Rivas, Norberto Vélez, Carlos García, Jorge Santos, Manolito Rodríguez, Willito Otero y Kayvan Vega.
El convite cerró el espectáculo con un despliegue de soneos que elogiaban la trayectoria y el legado de Gilberto Santa Rosa, quien siempre ha procurado, entre tantas otras hazañas, abrir surcos para que los nuevos cantantes gocen de oportunidades que le permitan curtir una carrera musical para que en algún momento, como bien dijo el artista en su concierto, puedan agradecer a su país porque “nunca me tuve que mudar de aquí para hacer una carrera”.