A un mes del huracán María, el escultor Eric Saunders, de San Juan, fue uno de los cientos de puertorriqueños que empacaron sus pertenencias, y “cruzaron el charco”. Saunders se mudó junto con su familia a San Antonio, Texas.
“Nosotros sin saber lo que pasaría, en los últimos meses nos dimos una dosis bien fuerte de Puerto Rico visitando sitios cools como Los Columpios de Ceiba, Combate y la Poza las Mujeres en Vega Baja… Si no fuera por esto, nunca me habría ido de Puerto Rico. Mi esposa y yo estamos muy atados a Puerto Rico”, relató el artista, quien a petición de Metro hizo una obra inspirada en la diáspora boricua, que bautizó con el nombre de San Cristóbal, el santo de los viajeros.
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Según explicó, “el que se muda de Puerto Rico, le pide a san Cristóbal que lo ayude durante el viaje”.
“Mi propuesta son esculturas de santos y personajes típicos puertorriqueños talladas a través de la técnica del tallador de santos puertorriqueños. Culturalmente, los puertorriqueños utilizaban los santos para pedir por cosas perdidas, buscar novio, casos difíciles o enfermedad”, describió.
El artesano transforma los santos adaptándolos al arte pop.
“En este caso, se hizo un santo que está cruzando un río, cruzando el charco, como decimos cuando nos vamos de Puerto Rico a Estados Unidos o a otras partes del mundo. El san Cristóbal está cruzando de Puerto Rico a Estados Unidos”, ilustró quien utiliza como materia prima el cedro.
En la obra, que mide 14 pulgadas, la figura carga a un niño.
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“El niño con su ingenuidad, que no sabe lo que está pasando, tiene un sombrerito de Mickey Mouse, porque la mayoría de los puertorriqueños se mudan para Florida porque allá tienen más familiares o porque hablan español. También es el destino turístico favorito de los boricuas. Sin embargo, Puerto Rico es Disney para nosotros los boricuas. Yo todavía no he visto nada acá que se pueda comparar con Puerto Rico”, planteó el escultor quien lleva 10 años tallando santos.
De acuerdo con el escultor, el huracán María despertó la conciencia del trabajo de moldear la madera sin tener las herramientas adecuadas y sin electricidad.
“El huracán dejó muchas cosas malas y muchos colegas perdieron sus talleres. Pero esto me ayudó a entender cómo antes los artistas se las ingeniaban para hacer las obras sin nada eléctrico. Sin electricidad, el proceso es mucho más lento, pero hacer ese ejercicio de esa manera te enriquece como artista”, compartió al exponer que “los santos se comienzan a tallar poco tiempo después de la colonización de la isla. Con la tradición católica de los españoles, los criollos comenzaron a crear sus propias imágenes para tener altares en sus casas y poder rendirles devoción”.
Para finalizar manifestó: “Para mí la diáspora es algo terrible. Soy puertorriqueño y he tenido que dejar parte de mi razón de ser. Me encanta mi país y es algo triste que no pueda representar a Puerto Rico desde allá”.
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