Puede que Javier Bardem sea único encarnando a villanos tan aterradores como el Salazar de “Dead Men Tell No Tales”, la nueva obra de “Pirates of the Caribbean”, pero su gesto se vuelve cálido al hablar sobre sus hijos: “Como padre, hay que deshacer lo aprendido y reeducarse para poder educar”.
“Es uno de los grandes retos como padre”, dijo el actor español en una entrevista con Efe durante la promoción de la cinta, su primera incursión en una producción destinada al público familiar.
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“Venimos con lo nuestro, con todo lo que fue importante para nosotros, para bien y para mal, y eso hay que desaprenderlo para ayudar a alguien virgen, desde que nace, a que aprenda lo que él quiera”, añadió el ganador del Óscar por “No Country for Old Men”.
“Y eso”, continuó, “empieza por el tema de la posesión: no poseemos a nuestros hijos. No son nuestros, sino que estamos a su servicio. Les hemos traído y ellos han de decidir”.
El intérprete, preguntado si impediría a sus hijos seguir el mismo camino artístico que sus padres, contestó: “No lo sé. ¿Qué derecho tenemos? Esta profesión no es fácil. Soy un afortunado y mi mujer (Penélope Cruz), otra. Pertenecemos a ese pequeño porcentaje de los que pueden vivir bien de su trabajo. El resto es muy jodido”.
Bardem califica como “milagro” o “accidente fortuito” el haber hecho carrera en Hollywood, gracias a gente “buena, talentosa y cariñosa” que confió en él para trabajos como “Before Night Falls” (2000) -su primera nominación al Óscar- o “Collateral” (2004), su primera gran producción en EEUU.
“No sé la profesión que elegirán mis hijos y, si es esta, no sé como les tratará la profesión. No la gente, sino la profesión en sí, porque estudio y trabajo con actores de talento extraordinario que no tienen oportunidades”, manifestó.
En “Dead Men Tell No Tales”, de estreno este viernes, Bardem interpreta al fantasmagórico y aterrador Salazar, un capitán de la Corona española con el rostro medio desfigurado, la boca cubierta de sangre y el pelo flotante, que busca vengarse de Jack Sparrow (Johnny Depp) por haber destrozado su vida años atrás.
Y todo ello con “sabor andaluz”, como apreciarán quienes vean el filme en versión original.
“Hay un eco, un pequeño homenaje íntimo al Paco Rabal de ‘Truhanes’ y ‘Juncal’, por ese punto de humor e ironía”, explicó Bardem, quien propuso que su personaje intercalara algunas frases en español dentro de la historia.
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Además, está satisfecho de que su actuación haya sobrevivido al maremágnum de maquillaje y efectos visuales.
“Mi actuación está ahí, no ha sido sepultada. Era uno de mis miedos”, confesó. “Vi que la máscara no mataba la expresividad. Está ahí, pero el gesto y la cara existían también. Eso me tranquilizó. Cuando lo vi todo junto en la pantalla me quedé muy impresionado porque creo que lo han hecho en su justa medida”, agregó.
En la cinta, donde aparecen brevemente dos clásicos de la saga, Orlando Bloom y Keira Knightley, e incluso el ex Beatle Paul McCartney, Sparrow debe encontrar el legendario Tridente de Poseidón, un poderoso objeto que permite controlar los mares.
Bardem, que sigue sumando villanos icónicos en su expediente, está en racha. En el futuro próximo llegarán “Escobar” y la nueva película de Asghar Farhadi, ambas junto a Penélope Cruz.
“Rodar juntos hace todo más fácil porque viajamos toda la familia. Estar semanas sin ver a tus niños es de lo que peor llevo”, admitió.
También tiene en cartera “Mother!”, junto a Jennifer Lawrence, y “Bride of Frankenstein”, parte de un universo de películas donde aparecen Tom Cruise, Johnny Depp y Russell Crowe, entre otros.
Pero es consciente de que siempre tendrá críticos. Y sabe aceptarlo.
“Para trabajar en esto tienes que tener otro tipo de piel a un nivel público”, valoró. “Vivo en España y en el día a día, en la calle, esas críticas no están presentes. Luego está lo que se escribe y las razones de quienes lo hacen, a nivel comercial y sensacionalista. Yo no leo eso desde hace años”, apuntó.
El actor reconoce que tiene un equipo que le avisa de ciertas situaciones, como las sanciones que recibió del Tribunal Supremo por infracciones tributarias leves.
“Cuando tengo que leer algo, lo leo. Como cuando sale lo de Hacienda. Lo leo, llamo a mi abogado y se hace un escrito explicando qué pasó exactamente. O cuando afecta a la privacidad de mis hijos. Ahí, tolerancia cero. Pero no leo más. Si no, sería una locura”, finalizó.