Para la manejadora de la empresa creativa Teatro Breve y productora de eventos culturales y de proyectos audiovisuales, su mayor fortaleza para destacarse en la industria cultural y entretenimiento es el trabajo en equipo, sentir empatía y las ganas de promover proyectos que la muevan.
Naíma Irizel consideró que “estar rodeada de creativos y productores que confían en mi trabajo y trabajar en equipo junto a ellos, me ha permitido crecer y destacarme”.
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Su filosofía de vida es “aprender a dominar el ego y amar, amar como el acto de ponerme en la posición de la otra persona”.
Relató que “fue en la universidad que me incliné por trabajar con el arte y las expresiones culturales. Mi trabajo consiste en colaborar con creativos en estructurar sus proyectos, identificar aliados y exponerlos ante un público”.
A su juicio, “la mujer tanto en la vida laboral como la social sufre de ser juzgada y cuestionada por sus decisiones personales y muchas veces esto resulta en que tengamos que trabajar más fuerte por posiciones que se dan por hecho para los hombres. Además, en esta industria hay hombres que se acercan de forma infantil asumiendo que una por ser mujer desconoce”.
Para la teatrera, “las mujeres deben estar conscientes de los roles y las cualidades que socialmente se promueven para la mujer y cuestionarlos y decidir cómo una quiere expresarse, sin miedo”.
“En muchas ocasiones, me he resistido a asumir roles socialmente diseñados para la mujer y he sentido las críticas. Por eso creo en la necesidad de una comunidad inclusiva. Mi manifestación como mujer es mi decisión y forma parte de mi libertad de expresión”, señaló.
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Su mayor satisfacción es sentir el aplauso del público y ver las caras satisfechas de su equipo al concluir cada función.
A los talentos emergentes aconseja que “cuando se producen eventos o proyectos creativos, hay que respirar y soñar con los proyectos. Aquí no hay horarios. Esto se vive. Además, hay que conocer bien a quienes están dirigidos los proyectos”.
“Somos muchas las mujeres y hombres solidarios en la gestión cultural y en la producción de eventos y de contenido que colaboramos. Mi generación está compuesta por una comunidad creativa colaborativa”, ilustró.
En el plano personal compartió que en su tiempo libre disfruta “ir a eventos de bandas y artistas locales, especialmente si son eventos donde puedo bailar, comer en restaurantes de chefs locales y comprar y compartir arte y piezas de diseñadores locales”.