La estrella de FantomWorks de Discovery Channel, Daniel Short, restaurador y reparador de autos, botes, motoras y aviones, viajó a Puerto Rico para exhibir dos de sus ejemplares, un Corvette C2 63 split window patentizado y un Aston Martin, en el marco de la celebración de la Gran Feria de Autos Antiguos que se celebró en la isla.
En entrevista con Metro, conversó sobre su inquietud por darles vida a los autos desde joven, cuando arreglaba y modificaba bicicletas, go-karts o cualquier pieza que encontrara inservible que pudiera poner en función.
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“Cuando veo un carro viejo que necesita reparación es como ver un niño en la calle abandonado que necesita atención y el cuidado de sus padres. Me siento como un padre que necesita cuidar del carro. Esa es mi mayor motivación”, afirmó.
“Cada uno de nosotros lleva dentro un artista y la manera de demostrar mi arte es a través de la restauración y reparación de autos antiguos. Lo más gratificante es cuando encuentro un canto de metal desechable y convierto esa chatarra en un carro como estos, en una obra de arte”, dijo al señalar su Corvette C2 rojo, el que considera su proyecto cumbre.
Le tomó un poco más de dos años para resucitarlo.
“Este modelo lo considero uno de los carros más lindos del mundo. Lo hice completamente de piezas chatarras. La caja estaba completamente destruida; el chasis estaba podrido, y todas las piezas del carro estaban malas. Para mí fue la transformación del peor carro que había visto en mi vida. Ahora puedo estar horas mirando”, compartió, al asegurar que no lo vendería porque sería como vender a un miembro de su familia.
Por otro lado, enfatizó que nunca ha comprado un carro con la idea de arreglarlo para venderlo.
“Solo arreglo los carros de mis clientes. La razón por la cual no lo hago es porque el cliente sabe cómo quiere que su carro quede. Si compro un carro y lo modifico a mí manera y no te
gusta, no lo voy a vender. Los trabajos son personalizados para cada cliente”, destacó.
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“Pero ¿qué es lo que más le atrae de los carros?”, preguntamos. Y respondió: “Cuando encuentro carros chatarras, inservibles y les devuelvo la vida”.
Obsesión por la excelencia
“Me gusta que mis empleados estén contentos y mis clientes se sientan satisfechos. Tengo una obsesión con la excelencia y trabajo muy fuerte para que el trabajo sea uno de calidad. Siempre le recuerdo a mi equipo que, si va a crear arte, debe hacerlo como Miguel Ángel, de la mejor manera posible, para que el trabajo perdure. Mi trabajo es uno artesanal, como un artista plástico a su obra. Nos enfocamos solo en carros desde 1900 a 1973”, enfatizó.
“Hay dos formas de reparar un auto: una es la forma bien hecha que te cuesta más tiempo y más dinero, y la otra es la forma fácil y más rápida. Haces más dinero, pero esta forma te va a quitar el sueño”, describió.
De su vida personal, contó que “casi nunca salgo de mi de mi cueva (taller) y cuando salgo es para buscar piezas extrañas en otros países para asegurarse de conseguir la pieza específica que necesito. Es casi imposible explicar por internet o por teléfono y pues tengo que viajar a buscarla”.
Entre otros proyectos, trabaja modificando los llamados superautos, valorados en $4 millones aproximadamente.