Con su característico temple y valentía dignos de emular, la locutora Laura Rosado asumió su diagnóstico de cáncer de mama.
Antes de ponerse —literalmente— unos guantes de boxeo rosados, declaró que está bien y que estará bien.
“Necesito que la gente tenga bien claro que esto no va a acabar conmigo. No voy a entrar en silencio en la noche. Estoy peleando y voy a pelear”.
La querendona relató a Metro que decidió divulgar su diagnóstico públicamente por respeto a sus fieles seguidores, audiencia que mantiene a Fidelity nocturno 95.7 FM liderando las ondas radiales.
“La relación que existe con el público se basa en la confianza. Entiendo que es injusto que la gente que se sienta conmigo, noche tras noche, se enterara por otro lado. Quería que supieran lo que está pasando, porque necesito que entiendan que estoy bien y que voy a estar bien”.
Indicó que sintió esa necesidad de compartirlo “para que no se queden en shock cuando me vean en la calle sin pelo, al lado de un zafacón en medio de una vomitadera… O me encuentren en los pasillos del hospital HIMA, donde me estoy tratando con el oncólogo Edgardo Rodríguez Monge”.
“Esto ya lo había hablado con mi familia más cercana, mis papás, mis hijos, mis hermanos y nietos. Luego, sentamos a mis tíos y a mis primos. Una vez la familia estuvo clara de lo que hay y hacia dónde nos dirigimos, decidimos que no íbamos hacer un parte de prensa frío, sino que esto iba a ser algo como lo que fluye todos las noches. Pudo tocarle a otro y me toco a mí”, explicó la locutora con una excelsa trayectoria de más de dos décadas.
Aclaró que su fortaleza proviene de sus padres.
“Mi familia nunca ha sido fatalista. Mis hermanos y yo heredamos eso de mis padres”, comunicó con firmeza.
El apoyo es inmenso
La voz que impacta y motiva a incontables vidas diariamente detrás de un micrófono admitió que no cesan las demostraciones de amor y apoyo que recibe de su audiencia, así como de sus amigos y colegas de la industria.
“Uno tiene una idea del cariño de la gente que te conoce, pero ¿y la gente que no te conoce? Gente que hace tiempo que no ves o que el tiempo se llevó a otros lugares, incluso de amores del pasado… Ha sido inmenso”.
“Lo más hermoso es la gente cuando te detiene en la calle para decirte: ‘Sabes que cuentas conmigo’. ¡Eso te da una fuerza! No hay vitamina B12 que te dé esa fuerza”, expresó emocionada.
Su tratamiento
“Vamos a estar unos cuantos meses en quimioterapia. Luego, los planes de los doctores son que vamos a sala de operaciones y, después, vamos a radioterapia. Así que esto va a ser un paseo en góndola y un 4 de julio con mucho calor”, bromeó.
La animadora radial dio positivo a un cáncer invasivo en el seno izquierdo, en el que están envueltos los nódulos linfáticos de la axila. Como parte del tratamiento, se le recomendó cuatro quimioterapias cada dos semanas y otras doce, más pequeñas, semanales.
Según precisó el oncólogo, afortunadamente, con la primera quimioterapia respondió al tratamiento rápidamente, incluso ya no eran palpables los nódulos en las axilas.
“Yo voy a pelear”
Para finalizar, reiteró: “Tengo un boxeador muy querido buscándome unos guantes rosados. Ya Alí Warrington me regaló unos tenis color rosa para que el camino lo pueda caminar más cómoda… O sea, voy a pelear. El problema no es mío. El problema es del cáncer que no tiene idea de con quién se metió. El tiempo que viva en mí vivirá alquilado, porque, cuando vives alquilado, las reglas son las del dueño. Punto y se acabó”, subrayó.
Por otro lado, adelantó que el formato de Fidelity nocturno, que se transmite de lunes a viernes de 7:00 p. m. a 12:00 de la medianoche, no cambiará.
“Tengo días en que ajustaré mi horario, pero voy a seguir trabajando. Tengo el apoyo de dos jefes calvos que ahora les hago competencia y tengo el amor de los míos y el amor de cada uno de ustedes”.
“No tengo pelo no por el asunto de la quimio, sino porque Dios me agarró por el pelo y me lleva de su mano. Así que tranquilos, que vamos para adelante”, puntualizó.
