"María Chuzema" defiende su cuento de niña transgénero

Tere Marichal escribió el cuento Carla Feliz y lo contará este domingo en la Plaza de la Barandilla

Tere Marichal, la intérprete del personaje infantil María Chuzema, defendió hoy su cuento Carla Feliz, que narra la historia de un niño que quería ser niña y se armó de valor y decidió ser una fémina; luego todos lo reconocieron como “la niña más valiente del vecindario” por defender cómo se sentía.

A través de su cuenta de Facebook, la también titiritera escribió que “a todos los que me han criticado por el cuento Carla Feliz: yo nunca tengo agendas escondidas. No soy un hombre o mujer que se viste con sotana o habito para violar niños y niñas. Soy una escritora que cree en fomentar el diálogo abierto y exponer la realidad de miles de seres humanos transgénero que sufren gracias a la ignorancia y prejuicios de la sociedad”.

Carla Feliz es uno de los cuentos que María Chuzema, que ha defendido el matrimonio entre parejas del mismo sexo, contará este domingo en la Plaza de la Barandilla, en el Viejo San Juan.

Marichal indicó que, aunque digan que el cuento afecta la salud mental de los menores, “salud mental es no llenarles las cabezas de prejuicios” y que su agenda es utilizar la palabra “para crear y crear es un acto de amor”.

“No podemos ir por ahí condenando a todo aquel que piensa de forma diferente. No podemos seguir usando las religiones para saciar nuestro deseo de control y poder y juzgar sin reparos a todo aquel que no viva como nosotros queremos”, afirmó.

Dijo que las personas que creen en Jesucristo no deben ir por la vida “condenando a los demás” y que los derechos humanos existen “para asegurar la felicidad y el bienestar de los seres humanos y atentar contra los derechos de cualquier ser humano es un acto de ignorancia y arrogancia”.

A continuación presentamos el cuento:

Carla Feliz
Nació niño, pero era niña.
Era una niña encerrada en el cuerpo de un niño, por eso cuando hizo el descubrimiento no perdió el tiempo.
Se quitó los pantalones y se puso un tutú de su hermana mayor.
Entonces fue muy feliz.
Bailó por toda la casa. Rió como nunca antes lo había hecho y gritó con fuerzas:
-¡Yo soy una niña!
Lo dijo con tanta alegría y certeza que sus padres entendieron enseguida.
Entonces todos comenzaron a bailar por la casa.
Aquella niña fue tan feliz que su cabello comenzó a crecer de momento.
Fue tan feliz que su hermana mayor sacó todas las muñecas y jugaron juntas toda la tarde.
Fue tan feliz que nadie se atrevió a decirle que ella era un niño.
Y desde ese día en adelante todos supieron que ella era la niña más valiente del vecindario.
Aquella niña se atrevió a ser lo que verdaderamente era: una niña.

Y fue sencillo cambiar su nombre. En vez de Carlos, ahora se llamaba Carla.
¡Carla Feliz!

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