Repasando buena parte de su repertorio y haciendo delirar a los más de 150 mil asistentes, los artistas puertorriqueños Daddy Yankee y José Feliciano tuvieron el honor de cerrar la última noche del tradicional festival de La Pampilla, en Coquimbo, a unos 450 kilómetros al norte de la capital.
En la amplia explanada se celebra y conmemora durante seis días la independencia de Chile, y es considerada una de las fiestas más grandes de Sudamérica.
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Feliciano se presentó con un de sus principales temas, que cautivaron en los años ’80 del siglo pasado. Apoyado en su guitarra repasó canciones como “Ay, cariño”, “La copa rota” y “Qué será”, entre muchos otros.
La presentación del lareño arrancó grandes aplausos y manifestaciones de cariño, y se extendió hasta pasadas las 11:00 de la noche del sábado.
Luego de la presentación del argentino Miguel Mateos, subió al escenario monumental, sellando con broche de oro y mucho reggaeton, Daddy Yankee, quien de inmediato armó la fiesta en el recinto pampillero.
Bastó que la canción “Lovumba” comenzara sus acordes para que el público empezara a bailar y corear cada una de sus canciones, las mismas que lo han llevado a recorrer todo el mundo mostrando por qué es apodado el “Big Boss” y considerado el mayor exponente del género.
Su banda, el cuerpo de bailarines, pantallas led y un juego de luces crearon la atmósfera perfecta para su concierto, el segundo que realiza en Coquimbo, tras su presentación en 2010 en el Estadio Francisco Sánchez Rumoroso, donde más de 25 mil personas presenciaron su show.
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Gasolina, Lo que paso paso, Limbo y temas musicales de su más reciente producción, Prestige, lanzada el año 2012, animaron a los 150 mil asistentes que no importando la fría noche del sábado repletaron la explanada para ver en escena al puertorriqueño.
Ramón Luis Ayala, su verdadero nombre, hizo explotar el fanatismo de los asistentes al show artístico de La Pampilla, con una increíble puesta en escena, y a pesar de que no quiso dar declaraciones a la prensa, el cantante dijo “gracias, gente de Coquimbo, por esta recepción” e incluso dedicó varias canciones al público, entre ellas “Somos de calle”, “Qué tengo que hacer” y “Perros salvajes”.
