Dentro de uno de los lugares que era muy visitado antes de la llegada de los grandes centros comerciales, un grupo de personas labora solidariamente para demostrarle al país que no se necesita del gobierno para poner en marcha el verdadero renacer borincano.
Con la “gente a pie”, se construyó el Centro de Apoyo Mutuo (CAM) en el Paseo Gautier Benítez en Caguas. Esta iniciativa pretende contagiar a las comunidades puertorriqueñas con un solo pensamiento: la autogestión.
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Entre muchos de los que realmente sudan para aliviar y ayudar al pueblo está Joshua García Aponte, cocinero y activista que no se conformó con la crisis humanitaria y decidió unirse al esfuerzo comunitario.
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“El planteamiento base [es] ser feliz. Se me hace difícil concebirme dentro de este sistema que, si no hay una normalidad, no hace sentido. Previo al huracán yo tuve un momento de shock al no poder ir a la universidad, y son proyectos como el CAM que me han dado sentido”, expresó mientras de fondo unos jóvenes jugaban baloncesto en un improvisado canasto.
Aunque se sirven unas 2,700 comidas calientes de martes a domingo, el proyecto es mucho más que un comedor. Áreas como salud pública, Urbe Apie, el Huerto Feliz y Noti-CAM propician un rol más activo de las personas que se involucran.
El énfasis por el trabajo es tan importante que los lunes han sido designados como “lunes de brigada”, en los cuales solo se reparte alimento a las personas que lleguen a revitalizar el espacio donde vayan a trabajar. La idea de que la comunidad tome las riendas y supla sus necesidades impera en la psiquis de los que allí llegan.
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“No tenemos que estar esperando a que FEMA [Agencia Federal para el Manejo de Emergencias] nos envíe un toldo. Organizamos una brigada de la comunidad y arreglamos ese techo”.
García Aponte trajo consigo la motivación de estar en el proyecto Comedores Sociales de Puerto Rico y Comedor Social Universitario —iniciativa del Centro para el Desarrollo Político, Educativo y Cultural (CDPEC)— para organizar a la comunidad.
“Ahora decidimos volver a nuestras comunidades y gestar cosas desde abajo, no de arriba para abajo como hacen ’x’ organizaciones, sino que se organiza con la gente. [Queremos] aprovechar la coyuntura para construir a largo plazo”, manifestó el joven de 21 años.
García Aponte se levanta todos los días a las 5:00 de la madrugada para preparar el plan del día. Luego, a eso de las 6:15am, llega y abre el CAM. El voluntariado entra y prepara el desayuno para las 8:00am. Después de eso, la cocina y el lugar es de la gente.
De igual forma, el junqueño destacó que el CAM reconoce que la necesidad general de la población viene desde antes del huracán María, por lo que quieren que el centro continúe después que acabe la emergencia creada por el evento atmosférico.
“Para mí es empoderamiento y creer que desde abajo se pueden construir nuevas cosas”, finalizó sobre lo que siente en el CAM.