En un principio se observa a los perros salvajes acercarse al cocodrilo como intentando imponer autoridad, acto seguido se acercan a la presa y desgarran su piel devorando la carne del animal.
El cocodrilo observaba pacientemente hasta que decide salir del agua y caminar hacia donde se celebra el banquete. Al ver la presencia del reptil, los perros salvajes huyen del lugar corriendo.
El reptil decide tomar al ciervo de las patas traseras y jalarlo hasta el agua que se tintura del rojo de la sangre.