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Jasmine Camacho: nueva reina dorada del olimpismo borincano

La vallista cerró con broche dorado la monumental actuación que la vio establecer un nuevo récord olímpico

Jasmine Camacho-Quinn (Martin Meissner/AP)

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Mientras dejaba a su paso una valla tras otra con destino hacia los dioses del Olimpo, daba lo mismo si Jasmine Camacho-Quinn hubiese volado sobre la pista del Estadio Olímpico de Tokio.

En los pasados tres días, fueron 30 vallas y más de una veintena de rivales las que intentaron interponerse sobre la boricua, nueva reina universal de los 100 metros con vallas, luego de dominar la final del evento con la misma asombrosa facilidad con la que dominó las primeras dos etapas.

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Camacho-Quinn tuvo tiempo de 12:37.

Y a decir verdad, nadie puede decir que no avisó.

Luego de años de frustraciones, físicas y mentales, que le impidieron su participación en eventos regionales, continentales y mundiales, en el 2021, una falsa salida en un evento menor ha sido el único obstáculo verdadero en el camino de Camacho-Quinn. Con su triunfo en la final de los Juegos Olímpicos de Tokio, fueron 15 victorias en 16 intentos para la atleta de 24 años.

Camacho-Quinn llegó a la final luego de deslumbrar en la etapa semifinal, donde ya se había encargado de dejar en el olvido el anterior récord olímpico de 12.35 segundos, marcando un cronómetro de 12.26 que, a su vez, fue el cuarto mejor tiempo en la historia de los 100 metros con vallas. Lo hizo a pesar de ser la corredora con la peor salida entre el grupo y contar con un leve viento en su contra, de acuerdo con el reporte oficial.

Para Camacho-Quinn, además su legendaria actuación representó enterrar para siempre el mal sabor de su debut olímpico en 2016, cuando a sus 19 años, y luego de una prometedora carrera preliminar y un sólido arranque en la semifinal, tropezó con la octava valla, privándole de su avance a la final y la posibilidad de colgarse una medalla.

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Sus logros en los años subsiguientes estuvieron limitados principalmente a su participación con la Universidad de Kentucky, donde ya se había coronado campeona nacional en 2016, previo a su debut olímpico. En 2017 quedó a una centésima de segundo de repetir el título colegial, galardón que recuperó en el 2018, tras lo cual dio final a su carrera universitaria para lanzarse al profesionalismo.

Las lesiones, sin embargo, le robaron buena parte de los próximos años y, con toda probabilidad, una buena cuota de medallas a las delegaciones puertorriqueñas.

Habiéndose perdido ya la edición del 2017 del Campeonato Mundial y los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 2018 por problemas en las rodillas, la hija de la trujillana María Milagros Camacho tampoco pudo asistir a los Panamericanos de Lima 2019 por nuevas lesiones que, igualmente, la golpearon emocionalmente.

“Tuvimos conversaciones con ella donde nos expresaba que se mantenía positiva y buscando la ayuda necesaria ante una nueva lesión. Tenía un deseo inmenso de venir a Lima y poderse reunir con la delegación puertorriqueña. A consecuencia de esto no puede terminar la temporada del 2019, incluyendo el Campeonato Mundial. Nos da mucha tristeza. La salud de nuestros atletas es primordial y no vamos a hacer que nada atente contra la integridad física y emocional de nuestros atletas”, decía Jaime Lamboy, en aquel entonces director del Departamento de Alto Rendimiento del Comité Olímpico de Puerto Rico.

El desaire del 2019 dio paso a un pandémico 2020 en el que Camacho-Quinn apenas compitió en siete eventos de poca monta en Estados Unidos, que no incluyeron una sola carrera oficial de 100 metros con vallas.

Sin embargo, habiendo asegurado su boleto a Tokio desde mayo de 2019, los ojos estaban puestos en el magno evento.

Y aunque llegó al Lejano Oriente con la etiqueta de principal candidata boricua a medalla, Camacho-Quinn ha tenido que lidiar con el sello de atleta nacida, criada y desarrollada en Estados Unidos que tantos irrelevantes gustan de esgrimir para cuestionar su puertorriqueñidad o los motivos para representar al archipiélago caribeño y no al país norteamericano.

Para ellos, Camacho-Quinn ya regaló en Twitter la respuesta en el verano de 2017, cuando se celebraban las eliminatorias estadounidenses rumbo al Campeonato Mundial:

“De nuevo, YO CORRO PARA PUERTO RICO. NO, NO ME VOY A CAMBIAR DE EQUIPO. NO, TAMPOCO CORRÍ EN LAS ELIMINATORIAS DE ESTADOS UNIDOS. VOY A SEGUIR CORRIENDO CON PR EN MI PECHO. Si de verdad quisiera hacer el equipo estadounidense, créanme que lo haría. No quiero. Adoro correr para PR y adoro a mis seguidores. Lo digo de la manera más amigable posible. Así que en serio, dejen de preguntar. ¡Puerto Rico todo el día, cualquier día y se acabó!”.

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