Cuando los Juegos Olímpicos aceptaron por primera vez boxeadores profesionales hace cinco años, a mucha gente no le gustó nada la idea. Y sigue sin gustarle.
“Complica todo”, dice Freddie Roach, famoso entrenador estadounidense. “Creo que hay que separar las dos cosas. No es bueno para los amateurs y sospecho que es realmente malo para los profesionales”.
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Se pensó que los profesionales harían papilla a los amateurs y Roach y otros no le vieron sentido al cambio de reglas. El boxeo olímpico siempre estuvo reservado a los amateurs y lanzó las carreras de grandes figuras. La admisión de profesionales buscaba simplemente darles a algunos pugilistas de nombre una medalla de oro y hacer más atractiva la competencia.
La presencia de los profesionales se hace sentir entre los 286 pugilistas que combatirán en los Juegos Olímpicos de Tokio, pero no ha sido tan fuerte como muchos anticiparon.
A Tokio vinieron 36 hombres y siete mujeres con experiencia profesional, un marcado aumento respecto a los tres profesionales que estuvieron en Río de Janeiro en el 2016. Los profesionales representan el 19% de los 186 pugilistas varones y el 7% de las mujeres. En total, son el 15% de los boxeadores.
En realidad, casi todos los profesionales que vinieron a Tokio tienen poca experiencia. Veintitrés de los 43 inscritos hicieron menos de tres peleas profesionales.
De hecho, algunos se hicieron profesionales en el último año y todavía son considerados amateurs. De haber competido en el 2020, lo habrían hecho como amateurs, pero los juegos se aplazaron un año y ahora son bisoños profesionales.
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“Ahora que me hice profesional, son un boxeador más completo y, peleando como amateur, no tengo presiones”, expresó el liviano estadounidense Keyshawn Davis, quien hizo tres peleas como profesional en el 2021.
En lugar de llenarse de treintañeros llenos de magullones, los juegos olímpicos parecen haber abierto a peleadores jóvenes la posibilidad de mantener un pie en el campo amateur y el otro en el profesional.
Solo seis boxeadores vinieron a Tokio con más de cuatro peleas como profesionales, incluidas tres mujeres. Ningún varón tiene más de nueve peleas rentadas.
“Es una buena forma de darle a los peleadores la posibilidad de ganar algún dinero”, dijo el peso pesado neozelandés David Nyika, que noqueó a su rival en el primer round al debutar como profesional en febrero, tras hacer 73 peleas como amateur. “Me mantiene motivado y me permite ganar algo de dinero, tras esa demora de 12 meses”.
“Soy un amateur profesional desde hace siete años y no creo que haya muchos profesionales que me puedan ganar en tres rounds”, agregó Nyika.
Pese a lo poco que le gusta la presencia de profesionales en los juegos olímpicos, Roach se adapta a los nuevos tiempos y lleva un año trabajando con el mediano filipino Eumir Marcial, que se hizo profesional hace siete meses y espera darle a su país su primera medalla de oro en cualquier deporte en Tokio.
Marcial dice que quiere una lucrativa carrera como profesional, pero también quiere cumplir el sueño de su padre de ganar el oro olímpico. Y gracias a las nuevas reglas, no tuvo que optar entre profesionalismo y amateurismo, como ocurría antes.
“Creo que esto funciona bien para tipos como Eumir, que tienen unas pocas peleas como profesionales”, expresó Sean Gibbons, presidente de la MP Promotions de Manny Pacquiao. “Al margen de eso, es realmente ridículo, especialmente si eres un profesional con trayectoria o un campeón mundial. Dirán, ‘peleó contra muchachos’”.
Pelear en ambos campos al mismo tiempo no es sencillo, ya que el boxeo amateur tiene reglas muy distintas, con peleas de tres rounds en las que se da prioridad a las aptitudes técnicas.
La figura más renombrada del boxeo en Tokio es la francesa Maïva Hamadouche, de 31 años y con 23 peleas como profesional. Es campeona mundial súperpluma de la FIB desde el 2016 y se clasificó a los juegos olímpicos a pesar de perder con la irlandesa Kellie Harrington en los cuartos de final del torneo clasificatorio europeo.
“El boxeo amateur es más técnico y táctico. Los profesionales a menudo están acostumbrados a fajarse”, dijo Harrington. “En mi pelea con Hamadouche usé mucha técnica y ella no. Por eso le gané. El boxeo amateur es como un arte. Por eso prefiero ver peleas entre amateurs y no entre profesionales”.