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En perfecto balance roles de padre y entrenador

Bladimir Díaz compartió con Metro la dinámica que utiliza en el trato que brinda a sus hijas deportistas

Detrás del éxito de cada atleta hay un equipo de trabajo y familia que lo respalda y se sacrifica en el proceso de alcanzar la meta. En el caso de las tenimesistas Melanie y Adriana Díaz, las atletas afirman que su padre ha sido el pilar de su carrera deportiva.

Anteriormente, Melanie lo ha descrito como su guía y fuerza. Sin embargo, para Bladimir Díaz, su labor raya en lo cotidiano. Díaz identificó el talento de sus hijas a temprana edad y desde entonces hace todo lo posible para que sus cuatro retoños alcancen sus metas. No se limitó a apoyarlas como padre, sino que también asumió el rol de entrenador.

“No es fácil (separar los roles de entrenador y padre), pero hay que establecer las normas, aunque sean hijas de uno y tiene que estar claro cuando las cosas son de papá y cuando son de entrenador. No puedo decir que (los separo) siempre, porque no es fácil y a veces a uno se le va la mano o a ellas, es una situación que no es siempre, pero se ha mantenido”, explicó el padre de Melanie, Gabriela, Adriana y Fabiola.

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El progenitor de las tenimesistas indicó que, aunque acompaña a sus hijas a las competencias en calidad de entrenador, no desaprovecha la oportunidad de enseñarles lo que considera correcto. “Cada experiencia que uno vive en cualquier parte del mundo da margen a que uno pueda enseñarles algo”, sostuvo.

Sin embargo, el ser el entrenador de Melanie y Adriana significa que han tenido que sacrificar tiempo en familia. Aunque reconoce que estos sacrificios son necesarios para el desarrollo deportivo de las chicas, el tiempo alejado de su esposa Mariangely González y sus hijas Gabriela y Fabiola es complicado.

“Esa separación cuando es prolongada es difícil porque se queda la mitad en Puerto Rico y la otra mitad se va al exterior y eso hace por un lado que nosotros extrañemos la otra parte, pero después cuando nos encontramos nos da mucha felicidad, así que dentro de lo malo también hay algo bueno que es que la felicidad se multiplica cuando nos volvemos a ver”, indicó Díaz.

Aunque el reencuentro entre la familia es un motivo de felicidad, Díaz lamenta que su hija menor, Fabiola, no haya tenido la oportunidad que tuvieron Melanie y Adriana de que él esté presente en cada momento de sus carreras deportivas

“Yo quiero que mientras esté en Puerto Rico y mientras tenga los recursos voy a dar todo de mí para que ella también pueda alcanzar sus sueños en base a lo que ya ella ha trazado. Si ella quiere ser jugadora olímpica yo voy a darlo todo porque lo sea, siempre y cuando no afecte a nadie. Yo no voy a imponer que Fabiola llegue a tal cosa, ella tiene que hacer las cosas como las hace cualquier miembro de la Federación”, dijo el entrenador del equipo nacional de tenis de mesa femenino.

Según el padre de las tenimesistas, los sacrificios realizados por toda la familia y el apoyo recibido son la clave del éxito de Melanie y Adriana. Es por esta razón que su familia estableció la norma que “el triunfo de una es el triunfo de todas y la derrota de una es la derrota de todas”.

“La institución de la familia fue la clave para que esto surgiera y de verdad me siento realizado, porque hicimos algo fuera de lo tradicional”, dijo Díaz.

“Definitivamente los sacrificios han valido la pena. Cuando me siento triste solo me tengo que echar hacia atrás y miro todo lo que se ha hecho y construido”, añadió.

A pesar de sentirse realizado, Díaz afirma que aun le restan metas por cumplir como continuar ayudando a sus hijas a ascender en el ranking mundial y continuar inspirando a las nuevas generaciones.

“Que podamos ser de inspiración para la gente y puedan encontrar a través del deporte del tenis de mesa o cualquier otro deporte un propósito en la vida”, expresó.

El padre y entrenador recalcó la importancia del deporte en la vida de su familia e hizo un llamado a los padres a que promuevan el deporte en la vida de sus hijos, no importando si sus hijos desean ser atletas de alto rendimiento o su interés por el deporte es recreacional.

Díaz tuvo la oportunidad de identificar el talento e interés de Melanie, Adriana y Fabiola de ser atletas de alto rendimiento, pero de igual forma apoyó a su segunda hija, Gabriela, a desarrollarse en el deporte, aunque su interés era recreacional.

“Gabriela me lo dejó claro desde temprano. Ella me dijo ‘no papi, esto no es lo mío, yo voy a hacer esto porque me quiero divertir’ y yo le dije no hay problema, pero sabes que tienes el talento y que lo puedes hacer también. Después quiso una beca deportiva y lo trabajó. Yo la apoyo hasta donde ella me lo permita”, explicó.

“Uno no debe querer las cosas más que los hijos. Los hijos tienen que quererlas primero y después uno está ahí para apoyarlos”, añadió.

Bladimir Díaz continuará apoyando a sus hijas a cumplir sus metas dentro y fuera del deporte.

“Nosotros somos bien unidos y no me imagino mi vida sin ellas”, concluyó.

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