Los residentes japoneses que adquirido boletos para los Juegos Olímpicos de Tokio no se enterarán hasta unas semanas antes de las justas si podrán presenciarlas.
Ya había sido prohibida la presencia de aficionados procedentes del extranjero, y la presidenta del comité organizador Seiko Hashimoto señaló que la decisión sobre el aforo — con espectadores o escenarios vacíos — tendrá que esperar hasta junio. Previamente había prometido dar la decisión este mes.
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“Seguimos analizando las fechas”, dijo Hashimoto el miércoles en una rueda de prensa en Tokio tras participar junto al director ejecutivo Toshiro Muto en una reunión virtual a puertas cerradas con la junta directiva del COI en Suiza.
Hasmimoto confirmó que junio era la opción. “Supongo que necesitamos un poco más de tiempo para tomar la decisión adecuada”.
Taro Kano, el ministro del gobierno a cargo de la campaña de vacunación en Japón, había deslizado la semana pasada que las competencias podrían disputarse sin público debido al repunte de casos de COVID-19 en todo el país.
Que Hashimoto diera marcha atrás no sorprende. A tres meses de inaugurar unos Juegos en medio de la pandemia, los cambios de planes sobre la marcha se cosa habitual frente al incremento de los contagios
Hashimoto reconoció la impopularidad en Japón por llevar a cabo las justas de verano, particularmente cuando menos de 1% de la población ha sido vacunada. Las encuestas reflejan un rechazo que oscila entre el 70 y 80% por la insistencia en celebrar los Juegos.
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“En algunas municipalidades la situación es realmente urgente”, dijo Hashimoto. “Y en este contexto, los ciudadanos japoneses y residentes están preocupados. Lo comprendo … Por la seguridad de los Juegos, tenemos que contener la propagación del virus lo más pronto posible”.
Mucha de la inquietud actual gira en torno al relevo de la antorcha.
Como ejemplo, no se pudo pasear el miércoles la llama por las calles de Matsuyama, ciudad en la prefectura de Ehime. Acabó haciéndose en un parque “sin público ni actos”, informó el comité organizador.
Algo similar se dio la semana pasada en Osaka, la segunda zona metropolitana más poblada de Japón.
Osaka y Tokio adoptarán en los próximos días nuevas medidas de emergencia para frenar el avance del virus.
Japón ha atribuido más de 9.600 decesos al COVID-19, una cifra baja con respecto a los estándares globales, pero mala al compararse con otros países de Asia.
“Si la propagación del coronavirus sigue agravándose, no es el momento de montar unos Juegos Olímpicos, dijo Kotaro Nagasaki, el gobernador de la prefectura de Yamanashi, esta semana.
Yamanashi se encuentra al suroeste de Tokio y es donde está el famoso Monte Fuji.
Varias competencias previas en Tokio han sido pospuestas o reprogramadas.
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