Los monstruos también tienen sueños, metas, sentimientos. Y si se trata del freaking monster del ring, Edgar Berlanga, jr., los objetivos son muy claros: el destino es ser campeón mundial. Por si acaso, uno de sus ídolos se lo recordó hace tres meses, cuando vino a Puerto Rico.
“Pues entonces pude conocer a Tito Trinidad. Bróder, ese es mi ídolo. Ese y [Miguel] Cotto. Yo estaba emocionado, ¡pero Tito también! Estaba como que bien contento, ahí yo dije: tengo que buscar ese campeonato mundial para Puerto Rico. ¡Yo acepto el reto por Borinquen!”, expresó en perfecto spanglish Berlanga, jr., el prospectazo boricua que se mantiene invicto en 16 salidas, con igual cantidad de nocauts en el mismísimo primer asalto.
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Berlanga se encuentra en Orlando para la cartelera de su boxeador ’Pretty Boy’ Pablo Valdez, que es como un hermanito mayor, criao’ con él en Brooklyn, donde empezaron juntos en el boxeo. Otro boxeador de su corillo que promueve es Christian Bermúdez, porque “yo siempre voa’ estar con los míos, con los que son míos de siempre”.
Hablamos con él y con su papá, Edgar Berlanga, sr. vía Zoom. Él habla en español aunque tenga que preguntarle a su papá algunas palabras y de repente tenga que volver al inglés. Acepta que el idioma es un rival que aún no ha podido noquear. Pero eso solo le da más ganas de seguir aprendiendo… eso y la súbita cercanía a sus ídolos de niño, como Tito. Recordó que aquel día que fue a Cupey Alto, Tito le mostró una alegre ansiedad, le transmitió una emoción muy de aquellos tiempos de gloria de Trinidad, algo que Berlanga, jr. palpa aún a flor de piel.
“Era como si estuviera ansioso, pero como que alegre. Me dijo: ‘yo me veo en ti’. ¡Imagínate! Mi papá y yo veíamos a Tito y a Cotto desde bieeeen arriba en el Madison Square Garden cuando era pequeño. Y ahora me toca a mí”, explicó el boxeador, quien, al igual que Tito, tiene a su papá en su esquina desde que tiró el primer puño.
“Yo quisiera saber la medicina de Don Félix y Tito, para usarla acá…”, dice sonriendo papá Berlanga.
Hay quienes le digan a Berlanga, jr,: “Edgar, cógelo suave roncando que por ahí hay un tipo que se llama Canelo Álvarez, que lleva rato comiéndose a los niños crudos”. Ah, pero espérate ahí: Edgar ya no es ningún niño y mucho menos está crudo. Sí, en el boxeo hay que esperar, pero no está de más tener una meta clara. O sea, Canelo está en la mira y tarde o temprano ese momento llegará.
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“El que diga que Edgar es un chamaquito está mal. Eso es un hombre hecho y derecho. El boxeo lo tiene desde pequeño. El boxeo es lo que lo ha ayudado a crecer hasta ser un adulto. Eso ha sido siempre del gimnasio a la casa y de la casa al gimnasio. ¿Qué si se lo goza to’ en Instagram? Pues seguro. Eso es un hombre ya grande y te digo, en ese negocio de las redes ese muchacho está amolao’. Chacho, yo me echo pa’l lao’ y aprendo porque de eso el que sabe es él. Yo me quedo con las cosas de boxeo, pero en ese negocio el que sabe es él”, explica sonriendo papá Berlanga, Edgar, sr., el panita de los niuyores de Elías De León, de Brian Sin Mapa, de Brito Security, de Baron López y de Fat Joe, el que dejó atrás una vida en la música urbana neoyorquina “para dedicarme a mi sangre, porque esto es un gran reto”.
Como dice el meme: había que decirlo y se dijo.
“Yo estoy cómodo en esto”, subrayó Berlanga, jr, su juvenil sonrisa escapando a toda velocidad de su rostro, cual nene que abre regalos en Día de Reyes.
“Sé que me falta, pero yo espero estar peleando por un campeonato mundial en 2022. Y pa’ ese entonces que nos avise ‘Canelo’, que vamos a estar ‘ready’”, agregó.
Mientras tanto, Berlanga, jr. quiere “que me busquen competencia, porque yo quiero demostrar mi boxeo”.
“A la gente se le olvida que Edgar hizo más de 170 peleas en aficionado. Que se metió las manos con medio mundo, que ganó campeonatos nacionales. ¿Tú sabes cuánto hay que boxear para llegar a un campeonato nacional en Estados Unidos?”, expresó papá Berlanga, sobre su hijo prodigio, quien en aficionado compiló récord de 162-17.
El 24 de abril, Berlanga, jr. regresa al ensogado, ante un rival por determinarse, en un lugar por determinarse. En junio, verá uno de sus sueños hacerse realidad, cuando “¡finalmente, voy a pelear en el Madison Square Garden!”, según reveló.
“Yo vengo de abajo, por si la gente no sabe. Cada Desfile Puertorriqueño que caminé con mi papá, cada vez que llevé la bandera en mis peleas de aficionado, cada puño que tiramos en los gimnasios, todo eso ha sido para este momento”, dijo, aceptando el reto cada vez que le mencionábamos si quería meterse las manos con algún púgil de renombre en las 168 libras, como el campeón de la Federación Internacional de Boxeo (FIB), Caleb Plant, o el de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), Billy Joe Saunders.
“Que me los traigan cuando toque, son buenos, pero yo peleo para dar honor a Puerto Rico. Y que sepa Puerto Rico que no los voy a defraudar. Sí, puede que en Instagram me hable Daddy Yankee pa’ entrenar o que me vean vacilando con Alex Rose, Rauw Alejandro, Anuel o algun otro pana de la música, pero yo estoy bien enfocado. Puerto Rico, yo te amo. Yo quiero un día vivir allá, estar allá mucho más tiempo. Puerto Rico, yo estoy aquí para ti”, finalizó, su sonrisa ahora respaldada por esa mirada de ojos líquidos que uno da cuando habla de su patria.