Es una memoria imborrable. Cuando era un pequeñín y mucho antes de ser el receptor titular de los Criollos de Caguas, Jonathan Morales disfrutaba todos los domingos de los partidos de Grandes Ligas junto a su abuelo. La vida ya comenzaba a darle vueltas alrededor del diamante.
Para aquel entonces y como tantos niños en Borinquen, Morales estaba en pleno desarrollo en el béisbol. Se desempeñaba como campocorto y al ingresar a la universidad pasó a la receptoría. Luego de este cambio, Morales comenzó a observar detalladamente a Iván Rodríguez y Benito Santiago, ambos miembros del Salón de la Fama del Béisbol. Y por supuesto, otro cátcher que inspiraba al arroyano era Yadier Molina, el mismo que él veía los domingos cuando pequeño junto a su abuelo.
“Me sirvieron de motivación y de ejemplo a seguir. La posición de cátcher es una posición dura y me inculcaron el ejemplo de trabajar duro”, expresó el prospecto de los Bravos de Atlanta.
Para el joven de 25 años era inimaginable la posibilidad de jugar con Molina. Pero no tan solo los lanzadores le tiran curvas a los ‘catchers’: la propia vida le zumbó una a Morales luego de que los Atenienses de Manatí fueran derrotados por los Indios de Mayagüez en las semifinales de la Liga de Béisbol Profesional Roberto Clemente (LBPRC) y el ganador de nueve Guantes de Oro fuera seleccionado para reforzar a los Criollos de Caguas.
“Fue una experiencia maravillosa jugar con una leyenda del béisbol y pude aprender que uno debe tener confianza en uno mismo. Yadier es un pelotero que sabe cómo se juega el béisbol y cómo trabajar para obtener la victoria”, aseveró Morales.
Según el gerente general de los ahora Criollos de Puerto Rico, Jesús “Motorita” Feliciano, es probable que Morales y Molina tengan nuevamente la oportunidad de jugar juntos en la Serie del Caribe 2021 que dará inicio el domingo en Mazatlán, México.
“Hasta ahora, Yadier tiene el compromiso [de jugar con los Criollos de Puerto Rico]. Ahora mismo, Yadier no ha firmado un contrato con un equipo de Grandes Ligas, ahora mismo yo sé que está en negociaciones para tomar la decisión si regresa a San Luis y eso es lo único que lo ata, porque si firma en estos días todo el proceso cambia”, puntualizó.
La participación de Molina con la novena cagüeña no fue el único factor que aportó al crecimiento de Morales. El receptor afirma que competir en la temporada 2020-2021, marcada por el COVID-19, le enseñó a “ser disciplinado dentro y fuera del terreno”.
“Este año es importante para él en Estados Unidos, así que espero que pueda emular el éxito que tuvo aquí (LBPRC), para que logre jugar en Grandes Ligas este año”, concluyó Jesús “Motorita” Feliciano.
En la temporada 2019 de las Ligas Menores, Morales acumuló un promedio de .240 y conectó 66 hits en 275 apariciones, entre Doble A y Triple A. Finalizó con los Gwinnet Stripers, filial Triple A de los Bravos.
En la temporada regular, fue líder de bateo de la LBPRC, con .394 de promedio, nueve empujadas y tres jonrones. Sin duda, los campamentos primaverales de los Bravos servirán para poner en práctica todo lo aprendido durante esta inimaginable temporada de béisbol invernal en ruta a cumplir su sueño de jugar en Grandes Ligas.
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