El secreto ya puede ser revelado.
Al paralizarse la temporada durante algunos meses debido a la pandemia de coronavirus, cuando la mayoría de los jugadores no tenían dónde practicar, el base de Miami Tyler Herro estuvo metido en un gimnasio todo el tiempo.
PUBLICIDAD
Un par de horas en la mañana. Otro par en la noche, casi todos los días.
“Creo que ni el Heat sabe que hice esto”, admitió Herro a The Associated Press.
Dado la manera en la que ha jugado desde que se reanudó la campaña, probablemente el Heat sospechó que utilizó bien su tiempo. Ningún novato en esta postemporada ha tenido sus promedios: 14,7 puntos; 2,3 triples; 3,3 asistencias y 32,3 minutos por partido.
Herro promedió 16,5 unidades en la primera ronda de la postemporada, la mayor cantidad para un novato en la historia de Miami. En la segunda ronda se convirtió en apenas el segundo novato del Heat promediando dobles dígitos, detrás de Dwayne Wade.
“No deja nada al azar”, dijo el entrenador de Heat Erik Spoelstra. “Para ser joven, es bastante rigoroso con su ética de trabajo y consistencia”.
PUBLICIDAD
Prueba A: encontrar un gimnasio durante la pandemia, algo que muchos veteranos no lograron.
Herro fue la 13ra selección del draft del 2019. El chico impactó desde el inicio: 14 puntos en su primer duelo, 14 más en el segundo y 29 en el cuarto.
La peor parte de la campaña fue cuando no pudo jugar.
En febrero lo comenzó a aquejar una lesión en la parte baja de la pierna y se perdió 15 encuentros, regresó el 11 de marzo —la noche que se suspendió la liga. Luego surgió otro problema: Herro eventualmente se enteró que había padecido COVID-19, tras dar positivo por anticuerpos.
“Estuve enfermo por una o dos semanas”, dijo Herro. “Me dolía mucho el pecho. Me dio justo cuando se suspendió la temporada.”
Ha manejado cada reto hasta este momento. Ahora viene la mayor prueba en la cancha: las finales del Este.