Dwight Howard lanzó el balón al graderío y movió su dedo índice. Su famosa sonrisa era visible desde arriba del Staples Center.
No fue la primera vez que el domingo por la noche miles de fans de los Lakers se levantaron de sus asientos y vitorearon al jugador más odiado en Los Ángeles los últimos seis años.
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A Hollywood le encanta una historia de redención, pero la protagonizada por este hombre en Los Ángeles es casi increíble de creer.
Seis años después de que Howard pasó una complicada temporada con los Lakers y luego los dejó en la agencia libre, su increíble retorno este año ha iniciado de una manera improbable.
Howard está jugando de forma sobresaliente y los fans de los Lakers lo han acogido tras sólo tres juegos.
Howard tuvo un gran impacto desde la banca en el triunfo del domingo sobre los Hornets de Charlotte, anotando 16 puntos al encestar sus ocho disparos. Atrapó además 10 rebotes y logró cuatro bloqueos en 23 minutos.
Y la manera en la que lo hizo -peleando, empujando y con una estelar defensa- fue apreciada por los fans de los Lakers que lo creían hasta hace unos meses la imagen de una diva de la NBA.
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“Estoy agradecido”, dijo Howard. “Creo que los fans y yo hemos pasado por muchas cosas juntos. Pero sólo estar de regreso significa mucho para mí, entonces simplemente lo estoy internalizando. Cada segundo, cada momento en la duela es invaluable y los fans disfrutan cuando salimos y lo damos todo”.
Es difícil superar el conflicto que ocurrió entre Howard y los aficionados de Los Lakers. La aparición de Howard en cualquier equipo desde 2013 era recibida con abucheos y muestras de rechazo pero en los primeros tres juegos con los Lakers ha recibido múltiples ovaciones por su desinteresada y energética forma de jugar.
“Por eso lo trajimos aquí”, dijo LeBron James. “Creíamos que cuando todos lo dejaron fuera nosotros le podíamos dar una gran oportunidad. Creíamos en él, en su palabra y él está haciendo lo mejor que puede”.
Todo vuelve al 2012, cuando Howard llegó a los Lakers desde Orlando y se unió a Kobe Bryant, Steve Nash y Pau Gasol en lo que parecía un súper equipo. Esos Lakers se hundieron y perdieron en la primera ronda después de que Bryant y Nash se lesionaron mientras que Howard lidiaba con una lesión en la espalda.
Después de pelearse con Bryant y reaccionar de forma negativa a la cultura de campeón o perdedor de los Lakers, Howard estaba tan ansioso por irse de Los Ángeles que firmó con Houston por 30 millones de dólares menos de lo que hubiera ganado con la oferta que recibió de los Lakers. Los aficionados de los Ángeles lo tomaron personal.
Los Lakers no han llegado a la postemporada desde entonces y la carrera de Howard no volvió a estar a la altura. Pasó de los Rockets a otras cinco franquicias, incluyendo dos equipos que lo liberaron antes de que siquiera jugara.
Howard ya tiene 33 años y se perdió todos menos nueve juegos la temporada pasada con Washington tras una cirugía de espalda. Un jugador que estuvo entre los mejores de la Liga durante la primera década de su carrera fue reducido a un trotamundos sin un claro futuro.
Howard pensó mucho en el estado de su carrera durante su recuperación, prácticamente solo en su granja en el norte de Georgia.
“No quieres dar nada por sentado”, dijo Howard. “Cirugías, juegos perdidos, estar fuera durante temporadas completas, cualquier momento en la duela es importante. Antes siquiera de tener la oportunidad de venir a los Lakers me decía a mí mismo ‘Donde quiera que estés, con quien sea que juegues cuando entres a la cancha, simplemente da el 110%. Incluso si sólo son 2 minutos, 30 segundos, 15 minutos, sólo haz lo posible para ayudar al equipo a ganar’. Ahora estoy regresando al mejor equipo en la mejor ciudad, entonces estoy muy agradecido”.
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Frank Vogel, coach de los Lakers llamó al esfuerzo de Howard ante Charlotte “fuera de serie. Fue una estrella en su papel esta noche y eso es lo que queremos que sea. No la superestrella que fue la primera vez, pero ser un jugador de rol y ser una estrella en ese papel”.
Cuando Vogel sacó a Howard el domingo con una ventaja de 16 puntos y pocos minutos por jugar, el Staples Center se levantó y lo vitoreó de nuevo.
“Obviamente se quiso congraciar después de su primer año”, dijo James. “Pero sólo estar de nuevo en la duela, sin haber jugado desde noviembre pasado y el hecho de que sea un gran contribuyente creo que fue una gran noche para él”.