Normalmente parecería absurdo que un equipo considerado aspirante al título se alegre por haber llegado a la marca de .500. Pero tras un comienzo aciago de campaña, los Rockets no dudaron en resaltar la mejoría que han mostrado.
James Harden anotó 27 puntos y Houston humilló el jueves a los Warriors de Golden State, al aplastarlos por 107-86 en una reedición de la última final de la Conferencia del Oeste.
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Los Rockets (7-7) anunciaron antes del encuentro que Carmelo Anthony no jugaría más en sus filas. Ya sin el alero 10 veces elegido al Juego de Estrellas, Houston hilvanó su tercera victoria.
Ha ganado seis de sus últimos ocho partidos luego de comenzar la temporada con una foja de 1-5. Se ha colocado en la marca de .500, algo que no conseguía desde que estuvieron en 1-1.
“Simplemente les dije: ‘Felicidades, chicos, estamos en .500 y eso es realmente bueno’”, relató el entrenador Mike D’Antoni, entre risas.
Luego, habló más en serio.
“Éste es un buen paso. Es temprano, pero sí tenemos e potencial para ser realmente buenos en diferentes aspectos del juego, y debemos seguir construyendo a partir de esto”, manifestó.
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Los Warriors recuperaron a Draymond Green tras cumplir su suspensión, pero jugaron sin Stephen Curry por cuarto encuentro seguido, y han perdido dos de sus últimos tres compromisos. Curry ha quedado descartado para los siguientes dos partidos de Golden State, debido a una lesión de ingle.
“Estamos un poco golpeados físicamente, y ahora también espiritualmente”, reconoció el entrenador de Golden State, Steve Kerr. “No podemos eludir eso, así que debemos reabastecernos, recuperar el espíritu y la energía, y estaremos bien. La temporada es larga, y estamos pasando por un tramo difícil”.
Anthony jugó sólo 10 partidos con Houston luego de firmar un contrato por un año y 2,4 millones de dólares durante el receso entre temporadas.
“En el verano intentamos conectar un jonrón y no resultó”, dijo D’Antoni. “Él intentó todo lo posible para que esto funcionara y no se consiguió”.