HOUSTON — Stephen Curry y Golden State convirtieron todos los ladrillos de Houston en un camino de regreso a la final de la NBA.
Solo necesitaron toda su potencia en ataque, y 27 intentos de canasta fallidos consecutivos de los Rockets en una aciaga racha desde la línea de tres puntos, para venir desde atrás y mantener vivas sus esperanzas de reeditar la pelea por el anillo de campeón.
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Kevin Durant anotó 34 puntos, Curry guió al equipo para darle la vuelta a la pizarra en el tercer cuarto y los Warriors se clasificaron para su cuarta final consecutiva tras superar el lunes por 101-92 a los Rockets en el séptimo juego de la final de la Conferencia del Oeste.
El campeón defensor llegó a estar 15 puntos por debajo en la primera mitad, luego de verse atrás por 17 en el sexto juego.
“Sabemos que podemos hacer que una ventaja de 11 puntos se evapore con dos minutos de buen baloncesto”, dijo Klay Thompson.
Curry, quien finalizó con 27 unidades, anotó 14 de los 33 puntos de Golden State en el tercer cuarto, mientras que la puntería de Houston se congelaba. Los Rockets fallaron los 14 triples que intentaron en ese periodo y en total erraron 27 tiros de larga distancia.
El base, que salió elegido Jugador Más Valioso en dos ocasiones, contó que tras la victoria alguien le preguntó si llegar a la final sigue siendo especial cuando es la cuarta temporada al hilo.
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“Sí”, respondió. “Porque es realmente difícil”.
Por cuarto año consecutivo, los Warriors recibirán a LeBron James y los Cavaliers de Cleveland el jueves en el inicio de la serie definitiva.
James Harden tuvo 32 puntos pero Houston, que terminó primero en la temporada regular, no logró clasificarse para la que habría sido su primera final desde 1995. Los Rockets echaron en falta a Chris Paul, aquejado de una lesión en los isquiotibiales.
“No tuvimos ese extra que necesitábamos”, señaló Harden.
Como ya ocurrió en el partido anterior, los Rockets se desmoronaron en la segunda mitad. En total, los Warriors superaron a Houston por 122-63 en las segundas partes de los dos últimos choques de la serie.
“Es increíble lo largo que es un partido de la NBA”, dijo el entrenador de los Warriors, Steve Kerr. “Cuarenta y ocho minutos, dura mucho tiempo y hay muchas oportunidades de dejarte ir como equipo”.