PYEONGCHANG, Corea del Sur — Jamie Anderson finalizó su recorrido, volteó a ver la pantalla gigante y mostró la lengua, no en un gesto de frustración, sino más bien de alivio. La estrella estadounidense del snowboarding había llegado a la parte baja de la pista sin una lesión grave.
En un día en que las condiciones fueron de complicadas a traicioneras, ese desempeño bastó para que Anderson hiciera algo de historia olímpica. La californiana de 27 años se convirtió en la primera mujer que gana oros en snowboarding durante Juegos consecutivos. Defendió así el título que obtuvo hace cuatro años en Sochi, donde debutó la modalidad de slopestyle.
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Anderson logró una puntuación de 83,00 en el primero de sus dos recorridos. Fue más que suficiente para superar a 25 rivales que pasaron penurias durante una nueva jornada de viento inclemente en Pyeongchang.
La imagen que perdurará de la segunda competición de slopestyle en la historia olímpica no será la de Anderson sonriendo en el podio, sino la de distintas caídas sufridas por las competidoras durante una hora bajo ráfagas atroces y una temperatura de 15 grados Celsius bajo cero (menos 5 Fahrenheit).
Ni siquiera Anderson fue inmune. Cayó en su segundo recorrido, cuando tenía ya el oro asegurado y cuando buena parte de los espectadores había huido del frío.
La canadiense Laurie Blouin obtuvo la plata, en tanto que la finlandesa Enni Rukajarvi se quedó con el bronce. En ambos casos, la presea constituyó más un testimonio de valor que de talento.
Los vientos evitaron la eliminatoria del domingo. Así, la carrera de lunes incluyó a 26 participantes. De ellas, la última en competir fue Anderson, primera del ranking mundial.
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Al no amainar el vendaval, los organizadores postergaron 75 minutos el comienzo de la prueba. Cuando las condiciones mejoraron ligeramente, comenzaron los recorridos sobre una pista muy irregular por el impacto del viento.
“Yo traté de mantener alto el ánimo, como diciendo ‘vamos a conseguirlo’”, relató Anderson. “Un puñado de chicas parecían pensar ‘no, esto no es seguro’ o cosas así. Pero esto que hacemos nunca es seguro”.
El slopestyle o modalidad de laderas consiste en realizar un recorrido sobre la tabla de nieve por una pista que incluye varias rampas, que asemejan montículos. Los competidores van realizando una serie de acrobacias que les reditúan puntos, en su camino hacia la meta.