El estelar pelotero Carlos Correa acudió hoy a su natal Santa Isabel para celebrar el recién campeonato de la Serie Mundial de las Grandes Ligas y para, por unas horas, hacerles olvidar la incertidumbre y los malos ratos surgidos luego del paso catastrófico del huracán María.
El boricua también llevó felicidad y respiro a cientos de niños en la plaza pública del municipio.
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“Estoy contento de estar aquí. Fue bien difícil para mí estar en Estados Unidos y jugando mientras Puerto Rico pasaba por María. Regresé y el parque donde yo practicaba todos los días ya no es más un parque de pelota. Está destruido y voy a comenzar conversaciones con MLB para ver cómo podemos reconstruirlo”, relató el deportista de los Astros de Houston.
Acompañado por sus padres, Carlos Correa y Sandy Oppenheimer, sus hermanos, abuelas y su novia Daniella, el pelotero participó de un homenaje al que llegó bailando a son de música de batucada, pero donde también estuvo presente su formación religiosa.
El evento para el pueblo, y donde el toletero fue entrevistado en vivo por cadenas nacionales como ESPN y CNN, fue organizado por el propio Correa y no fue un recibimiento del municipio como usualmente se organiza. Don Carlos, el padre de Correa, explicó porqué al destacar que “cada vez que yo pedía para que cooperaran con nosotros porque teníamos que llevar a Carlos a un torneo, o a un viaje a jugar, la gente me respondió. Y ahora que él llegó donde llegó, esta es la manera que tenemos de responderle”,
“Veo mucha esperanza en mi pueblo y eso me da mucha alegría. Quise venir a traerle felicidad a los niños que sé que muchos no van a tener regalos en Navidad porque hay mucha necesidad”.
Correa, al dirigirse al público, aseguró que en todo momento tuvo al país en su mente durante la Serie Mundial. “Quiero agradecerles todo el apoyo que me han dado durante mi carrera. Ustedes me vieron crecer. Son mi pueblo para siempre. Nunca me olvidaré de dónde salí”, expresó feliz en tarima el oriundo del barrio Velázquez.
En la celebración, el shortstop entregó bultos y juguetes a niños mientras los saludaba uno a uno, tomándose fotos y haciendo bromas.
La fiesta continuará hasta la noche con la participación en tarima de Límite 21.
