LOS ÁNGELES — Justin Verlander tenía la oportunidad de su vida para conseguir su primer triunfo en una Serie Mundial. Mostraba un control absoluto y, aunque contaba con una ventaja mínima, se acercaba al objetivo con cada pitcheo.
De pronto, todo se derrumbó.
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“Pienso que estaba haciendo un buen trabajo”, dijo Verlander. “Pero el béisbol te castiga”.
En un desenlace demasiado familiar para el as del montículo, Verlander dejó que la delantera se escapara. Los Dodgers de Los Ángeles remontaron ante Verlander y los Astros de Houston para imponerse el martes por 3-1, con lo que obligaron a un séptimo juego en el Clásico de Otoño.
Verlander marchaba invencible desde el 31 de agosto, cuando llegó a Houston mediante un canje con los Tigres de Detroit. Había ganado nueve decisiones consecutivas.
La derrota llegó en el momento más inoportuno.
Con el tropiezo, Verlander ha quedado en una foja de 0-4 y una efectividad de 5.67 en cinco aperturas dentro de la Serie Mundial, a la que había llegado antes con los Tigres. En total, tiene un récord de 11-6 en los playoffs, lo que sin embargo queda empañado por sus actuaciones en el Clásico de Otoño, tal como ocurrió en esta Noche de Brujas.
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Aunque quizás su participación no ha terminado.
Cuando se le preguntó si estaría disponible para trabajar como relevista el miércoles, el veterano de 34 años sonrió.
“Por ahora, sí. Me siento muy bien. Pero tengo que consultarlo con la almohada”, respondió.
Verlander lucía tan tranquilo en el clubhouse que resultaba difícil decir que había jugado siquiera. Habló durante más de 15 minutos, se sentó después en su silla y revisó su teléfono, sin dar una sola señal de estrés o frustración.
“No voy a ir a casa esta noche para decir ‘lancé horriblemente’”, indicó.
Es cierto, Verlander no lanzó mal. De hecho, comenzó encendido, observado por su prometida, la modelo Kate Upton, quien vestía una chaqueta de los Astros con el diseño del arco iris que caracterizó a este equipo hace más de tres décadas.
Insertando alguna curva ocasional entre sus rectas a 97 mph, Verlander lució dominante durante cinco episodios, en los que sólo permitió un sencillo y recetó ocho ponches.
Pero en el sexto, con una ventaja de 1-0 y mientras los Astros paladeaban su primer título de la Serie Mundial en 56 años de historia, el triunfo se le escurrió de las manos al abridor estelar.
Austin Barnes, el octavo bate, pegó un sencillo. Luego, el veterano Chase Utley hizo gala de estoicismo y experiencia, al permanecer inmóvil mientras un lanzamiento de Verlander lo golpeaba.
El manager de los Astros, A.J. Hinch, acudió a la lomita. Pero hasta entonces, no había duda de que Verlander estaba respondiendo al tipo de desafío para el que fue adquirido.
Chris Taylor cumplió con su propio reto. Bateó un doblete suave pero bien colocado por el jardín derecho, para igualar la pizarra. Acto seguido, Corey Seager pegó un largo elevado de sacrificio.
Y así, los Dodgers tomaron la delantera.
Verlander se marchó después de la sexta entrada. Permitió sólo tres hits, pero sigue sin ganar en la instancia más relevante.