NUEVA YORK — ¿Alguien se imaginaba al inicio de 2017 que Roger Federer y Rafael Nadal iban a repartirse equitativamente los cuatro títulos de Grand Slam de la temporada?
Después de todo, la coyuntura que les rodeaba no hacía intuir que los dos máximos campeones en la historia del tenis iban a volver por sus fueros. Ambos venían de lesiones, con sequías de títulos en las grandes citas y sobre los 30 años de edad.
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Pero cuando Nadal depositó una volea de revés en la bola de partido para vencer a Kevin Anderson en la final del Abierto de Estados Unidos, el español culminaba un verdadero recital que confirmó que su rivalidad con el suizo está más vigente que nunca.
Si el mundo del tenis está atónito de que los dos titanes del deporte hubieran hecho a andar la máquina del tiempo, jugando mejor que nunca, Nadal era el más asombrado por un resurgimiento que al amanecer del lunes les dejó 1-2 en el ranking mundial.
“Es algo difícil de imaginar que, hace ocho o nueves meses atrás, los dos íbamos a ganar dos Grand Slams cada uno”, afirmó Nadal la noche del domingo tras la conquista de su 16ta corona. “Pero aquí estamos y, de mi parte, solo puedo decir gracias a la vida por la oportunidad”.
Así se repartió el botín: Federer fue el campeón de Australia en enero, y procedió a consagrarse en Wimbledon en julio, después de cuatro años y medio sin ganar un grande. Nadal ocupó el trono en Francia, luego de un paréntesis de dos años y medio.
Los dos son los reyes de títulos en París y Londres, diez para Nadal en Roland Garros y ocho para Federer en el All England Club.
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Como hicieron en 2006, 2007 y 2010, Federer y Nadal monopolizaron los cuatro grandes. Pero en esas temporadas, la repartición fue con un 3-1, no como el inédito 2-2 de este curso.
Cuando Federer venció a Nadal en la final de Melbourne en enero, un duelo que ganó en cinco sets y remontando en el último parcial, el suizo expresó que lo mejor hubiera sido un empate. Pues tal deseo se hizo realidad.
Y ahora la gran pregunta. ¿Qué les espera en 2018?
Tras una cirugía en la rodilla izquierda que le obligó perderse la segunda parte de la pasada temporada y concentrando el esfuerzo para los torneos principales, Federer subió a 19 su cifra de consagraciones de Grand Slam. Pero la réplica de Nadal le puso a solo tres.
Otra vez se ha activado la discusión sobre quién acabará con la mayor cantidad, una pugna en la que el factor edad es el mejor aliado de Nadal (llegó a los 31 en junio) sobre Federer (cumplió los 36 en agosto). Pasados los 30, Federer solo pudo ganar un slam, el de Wimbledon 2012.
Ambos no se cansan de afinar su juego, cada vez más agresivo. Federer se revitalizó con su revés y Nadal se blindó con la eficacia de su saque.
Afuera del vestuario del estadio Arthur Ashe, Toni Nadal, el tío y coentrenador del número uno del mundo analizaba que el tenis actual permite jugar con éxito a una edad más avanzada: “Ya no se necesita el físico de antes, antes habían partido interminables. Hoy en día, el que quiera jugar muy rápido, está en disposición de hacerlo”, remarcó.
Sobre su sobrino, Toni Nadal indicó que “si él tiene ilusión de jugar más, evidentemente que puede jugar mucho tiempo más”, y acerca de Federer, “pues estuve totalmente equivocado, porque yo pensaba que este tipo, después de todo lo que ha ganado y con 35 años no se reinventaría como lo ha hecho”.
Tampoco faltarán los cuestionamientos de que los dos se beneficiaron de las lesiones que marchitaron a otros rivales de fuste, como fue el caso de Novak Djokovic, Andy Murray y Stan Wawrinka, todos ausentes en el US Open.
“A mí también me tocó ver muchos Grand Slams por televisión”, respondió tajante Nadal ante ese argumento y aludiendo a los cuatro que se ha perdido desde 2012.
El panorama pinta favorable para el español con miras a la próxima temporada, si mantiene su actual nivel y no surge ningún problema físico. Federer se despidió del US Open mermado con una dolencia en la espalda.
Todo comenzará en Australia. Una victoria de Nadal le dejaría con 17 grandes y, obviamente, partirá como favorito en Francia. La brecha podría quedar en uno y apuntaría Wimbledon para darle alcance.
Pero Nadal insiste que el récord no le motiva.
“No necesito ningún tipo de estímulo como ese, y lo digo muy en serio”, afirmó. “No pienso si Federer ganó dos títulos, ganó 12 o ganó 24. Yo hago mi camino. Me motiva mi carrera, no la de los demás. Soy feliz haciendo lo que hago. No miro a los otros porque podrías estar siempre frustrado”.
“Siempre hay gente que tiene más dinero que tú, siempre hay gente que tiene más casas que tú. Tienes un barco y hay alguien que lo tiene más grande. La vida no consiste en eso, la vida también consiste en conformarse y ser feliz con ello…No necesito pensar en si voy a coger a Federer para motivarme. Voy a seguir trabajando y luchando para intentar conseguir más títulos sin pensar en los demás”.