Los Cachorros de Chicago podrían verse en la necesidad de jugar sin su astro boricua Javier Báez, quien abandonó el duelo de ayer ante los Bravos de Atlanta, luego que un golpe lo dejó con la vista borrosa en el ojo derecho.
Báez recibió un golpe cuando se zambulló en la intermedia, durante el segundo inning del encuentro. Abandonó el terreno en la tercera entrada.
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Se le examinó en el Northwestern Memorial Hospital, y se reincorporaría al equipo el lunes en Pittsburgh.
“Javy es uno de los mejores campocortos en la liga, sin duda”, destacó el pitcher Mike Montgomery. “Es desafortunado que haya debido salir así. Espero que todo salga bien. Lo necesitamos”.
Báez es uno de los motivos por los que Chicago se ha destacado al bate y a la defensiva en esta campaña. Ha ocupado el campocorto a raíz de que Addison Russell quedó marginado desde comienzos de agosto por un tirón en el pie derecho.
El puertorriqueño había recibido recién un boleto cuando fue sorprendido fuera de la inicial y debió correr hacia la segunda almohadilla. Su casco salió volando en el momento en que el pelotero se deslizó de cabeza hacia la base, y la rodilla del camarero Ozzie Albies lo golpeó en el ojo.
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Un inning después, Báez salió a jugar a la defensiva. Pero se marchó cuando había un out, luego de hacer una señal hacia la cueva.
Fue sustituido por Mike Freeman.
Báez experimentó visión borrosa cuando abandonó el encuentro. Los Cachorros dijeron que el síntoma fue aminorando en la enfermería. No se incluyó por lo pronto a Báez en el protocolo de conmociones cerebrales.
El manager Joe Maddon dijo que “no hubo problema” con el hecho de que Báez se hubiera lanzado de cabeza en la base. El piloto consideró que debió marcarse un balk a Max Fried, el lanzador de Atlatna, y que el out debió revocarse al revisar la repetición.