Por: Oficina de Comunicaciones UPRRP
Tras participar por cuatro años de la Liga Atlética Universitaria (LAI) y ganar múltiples medallas, la universitaria Coralys Llanos Llanos, de 23 años, destacó lo dedicado que uno tiene que ser como atleta, debido a la carga académica y los entrenamientos que requiere el deporte. Al igual que la mayoría de los atletas del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico, tenía prácticas dos veces al día. En las mañanas se encargaba de la capacidad cardiovascular y pesas, mientras que por las tardes practicaba la velocidad.
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Asimismo, al recordar las competencias LAI, Llanos Llanos comentó que la experiencia de participar sobrepasa todas las expectativas. “Sentir esas gradas es totalmente gratificante y durante el proceso las experiencias me han hecho líder muchas veces. Poder representar a la mejor institución [universitaria], es algo que no se puede expresar en palabras. No tengo palabras porque es demasiado emocionante sentir ese gallo en el pecho cuando estás dentro de esa pista”, manifestó la atleta.
La futura maestra de secundaria de Educación Física hizo énfasis en la importancia de tener una universidad pública que sea accesible a las personas que no tienen los recursos necesarios. En su caso, el IGS (Índice General de Solicitud) y el factor económico eran detonantes que condicionaban su ingreso al recinto riopedrense.
El deporte, como a muchos estudiantes, fue la destreza que les permitió conseguir, más que un trofeo o una medalla, la carrera más importante de sus vidas: la universitaria. “El deporte básicamente me ayudó a entrar aquí, a ser lo que soy ahora, porque si no fuese así, por las ayudas del deporte, no hubiese alcanzado poder entrar a la ‘Iupi’. Yo entiendo que las ayudas económicas que le brinda la universidad y el Departamento Atlético ayudan a formar parte de estas experiencias, porque muchos de nosotros no tenemos los recursos económicos como para sustentarnos dentro de la universidad”, sostuvo Llanos, quien se enfoca en los eventos de pista y campo.
A raíz de eso, la jerezana hizo un llamado para que la universidad trabaje con criterios de justicia las exenciones de los atletas, porque “se pierden muchos atletas. Y si entran al sistema privado no van a poder participar, uno porque hay extranjeros, y, dos, porque aquí sería lo ideal, ya que es la mejor institución del país y donde más económica tienes la educación”.
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“Exhorto a que la institución haga lo posible por salvar las exenciones de los atletas, para que no pierdan la oportunidad de recibir la mejor educación del país, además de desarrollarse en el ámbito deportivo. Siempre estudié en el sistema público y no quisiera que oportunidades como ésta cambien para otros estudiantes”, añadió la velocista.
A pesar de haber concluido sus cuatro años de competencia dentro de la LAI, la atleta se prepara ahora para lograr integrar el Equipo Nacional, que irá a los Juegos Centroamericanos 2018, que se celebrarán en Barranquilla, Colombia.
De las carreras del pavo a los Centroamericanos…
“De niña no practiqué ningún deporte específico en algún equipo. Solo corría el pavo y los días de juegos”, narró Coralys.
Pero ya “en octavo grado, en escuela intermedia, le pedí a mi madre que me llevará a pertenecer a algún equipo de atletismo. Mi primer entrenador, Herminio Calo, fue quien desarrolló mis destrezas y habilidades al principio. Pasaron tres años [de entrenamiento] y gané en la competencia del Departamento de Educación de escuelas públicas en Ponce. Ese mismo año fui a un Centroamericano Juvenil en Panamá en el 2011, donde obtuve -con mis compañeras-, medalla de bronce en el evento 4×100 metros”.
Y así comenzaron a llegar sus galardones por exudación. Ganó en la Liga de la Asociación de Atletismo Juvenil e Infantil de Puerto Rico (AAJI), en el 2012, el evento de 100 metros con tiempo de 12.26 segundos y 200 metros con tiempo de 25.64 segundos. En esa competencia conoció a Miguel Rodríguez, quien la reclutó para iniciarse con los velocistas, y también a Carlos Santos, ambos entrenadores de la UPR-Recinto de Río Piedras.
“Había tenido ofertas de otras instituciones, pero no era el ambiente que yo buscaba, un ambiente abierto, de confianza, compromiso y entrega. Carlos Santos me orientó de cómo era la institución, y su filosofía de entrenamientos, y desde ese entonces me enamoré [de la ‘Iupi’], aunque al principio tuve miedo académicamente, lo tomé como un reto más”, afirmó la jerezana.
Durante sus cuatro años compitiendo en las Justas LAI, obtuvo en su primer año medalla de bronce en 4×100 metros; en el segundo año medalla de plata en 4×100 metros; en el tercer año oro en 4×100 metros y bronce en 4×400 metros; y en su cuarto año bronce en 4×100 y bronce en 4×400 metros.
No obstante, Llanos asegura que su mejor año fue el pasado. “Física y mentalmente pienso que mi mejor año lo fue el 2016, donde obtuve cuarto lugar, mejorando mi marca personal con 11.92 segundos, llegando cuarto lugar en la final, oro en el 4×100 y bronce en el 4×400 metros. Me sentía enfocada y mantuve el liderato en eventos en equipo”, resaltó. La corredora también participó en dos ocasiones de la NCAA (National Collegiate Athletic Association).
Mientras, entre los fanáticos que han estado en las gradas, competencia tras competencia, está su familia. El apoyo y orgullo que sienten sus padres y hermanos se evidencia en cada evento que ella participa. “Me siento como ejemplo para la sociedad el poder terminar próximamente mi bachillerato y poder graduarme de la UPR. Mi núcleo familiar -madre, hermana y sobrina-, siempre me apoyan gane o pierda. ¡Es una sensación bien bonita!”, afirmó.