Incluso a Roger Federer le parece sorprendente.
Tras pasarse cuatro años y medio sin conseguir un cetro de Grand Slam, y a los treinta y tantos años, el suizo llega el lunes al Abierto de Estados Unidos con una clara oportunidad de ganar su tercero de esos títulos esta temporada.
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“Me cuesta trabajo pensar que pudiera ganar tres Grand Slams en un año. Me suena totalmente surreal”, dijo Federer en una entrevista con The Associated Press. “Pero me prepararé lo mejor posible para tener la mejor oportunidad de brillar en Nueva York”.
Sin dudas, Federer está de vuelta. Plenamente. Está de vuelta en Flushing Meadows tras ausentarse del torneo el año pasado cuando se tomó la segunda mitad de la campaña de descanso para sanar de una cirugía de la rodilla izquierda. Y está de vuelta como favorito para conquistar el título tras ganar los dos últimos majors en los que participó, el Abierto de Australia en enero y Wimbledon en julio.
Los organizadores del US Open lo colocaron como el tercer preclasificado el jueves, detrás de Rafael Nadal y Andy Murray.
¿Está jugando tan bien _o quizás mejor que _ como antes?
“No lo sé. Es difícil decirlo. Realmente no es importante para mí. Yo esperaría ser un mejor jugador hoy, debido al tiempo que ha pasado y he tenido tiempo para practicar y entrenarme y todo eso”, dijo. “¿Pero mejor? De cierta forma, eso espero”.
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Federer cumplió 36 años el 8 de agosto, lo que le hace más viejo que todos, a excepción de dos de los hombres en haber ganado el Abierto de Estados Unidos, que se realizó por primera vez en 1881.
El astro suizo se enfrentará a un grupo diezmado en Nueva York en busca de su primer cetro allí en casi diez años.
El tres veces campeón Murray, desplazado recientemente del número uno del ranking por Nadal, ha estado lidiando con problemas en una cadera y no juega desde Wimbledon. Tampoco ha jugado desde entonces el campeón del torneo en el 2014, Marin Cilic, que sufre una ampolla en un pie.
El campeón reinante Stan Wawrinka, que se operó una rodilla, y el finalista de 2016, Novak Djokovic, con un codo lesionado, estarán fuera el resto de la temporada. Al igual que el finalista del 2014 Kei Nishikori, con una lesión en una muñeca. Milos Raonic anunció el miércoles que no jugará por una cirugía de muñeca.
Esos jugadores podrían seguir el ejemplo de Federer. El año pasado, al no participar en los Juegos Olímpicos de Río, en el Abierto de Estados Unidos y otros certámenes, le permitió a Federer regresar al circuito descansado y rejuvenecido, además de en plena forma.
¿El resultado? Tiene marca de 35-3, con cinco títulos, en la campaña.
“El largo descanso el año pasado realmente le ayudó. Él se alejó un poco y volvió a mirarlo todo desde afuera. Eso te da un poco de distancia”, dijo Severin Luthi, uno de los entrenadores de Federer. “En general, yo sé que si él se toma una pausa y está fresco, feliz de jugar, motivado… esa es una de sus mayores fortalezas”.
Sí, el tiempo pasa, incluso para Federer, aunque por el momento no parece ser así.