MIAMI – Fue un Juego de Estrellas anodino con un desenlace similar al que se disputó hace un medio siglo.
Robinson Canó, el astro dominicano de Seattle que fue incluido como sustituto en el roster, abrió la parte alta del décimo inning con un jonrón para darle la Liga Americana la victoria el martes por 2-1 sobre la Nacional, el quinto triunfo seguido del joven circuito en el Juego de Estrellas.
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En cuenta de 1-1, el segunda base de los Marineros prendió una curva de Wade Davis y depositó la bola en el bullpen del jardín derecho.
Sólo la lesión de su compatriota Starlin Castro permitió que Canó, de 34 años, fuera seleccionado por octava vez a un clásico de mitad de temporada, y acabó como el Jugador Más Valioso de esta edición.
Canó supo recién el viernes que iba a estar en Miami y no estaba enterado que se había eliminado la regla que daba la ventaja de abrir en casa la Serie Mundial a la liga que gana el Juego de Estrellas.
“Cuando supe eso, supe que iba a poder tener algún turno”, mencionó Canó, cargando a Galia Sofía, su hija de siete meses.
En un juego en el que se promocionó un cambio generacional, con 24 peloteros debutantes y un total de 30 con 27 años de edad o menos, las figuras más sobresalientes fueron los jugadores que tenían más convocatorias. Fue el caso de Canó y del puertorriqueño Yadier Molina, ambos con ocho participaciones.
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La victoria de la Americana provocó un empate en los duelos contra la Nacional: 43-43 y dos empates. Su desarrollo fue somnoliento, con las cámaras de televisión pillando a Joe Maddon, el manager de la Nacional, cuando miraba su reloj. Las gradas del Marlins Park de Miami se vaciaron paulatinamente en los últimos innings.
Por primera vez en 15 años, el ganador del juego no determinará la ventaja de local de la próxima Serie Mundial, que se asignará al equipo que tenga el mejor récord durante la temporada regular.
Fue un cambio que dejó fascinado a Canó: “Ya no hay que ganar para abrir la Serie Mundial. Me gusta que ahora sea ahí, así puedes bromear, gozarlo más, como se hacía antes. Es lo que la gente y los fanáticos les gusta estos días, especialmente con las bromas en las redes sociales”.
Y Canó tiene razón en ese sentido, ya que el momento más memorable de la noche se produjo en el sexto inning y fue uno perfecto para las redes sociales
Los protagonistas fueron Molina y Nelson Cruz. En el boxscore quedará grabado el jonrón solitario que Molina conectó ante Ervin Santana de Minnesota para darle a la Nacional un empate transitorio 1-1.
No fue lo único destacable del astro de los Cardenales en ese inning: hizo de receptor, toletero y fotógrafo.
En la parte alta, Cruz fue a batear por la Americana y el dominicano cargaba su teléfono en un bolsillo. El toletero de Seattle quería sacarse una foto en el plato con el umpire Joe West, y Molina se encargó de captar la imagen.
“Fue algo que no planifiqué, pero se me ocurrió cuando nos dijeron que podíamos estar con los teléfonos en el dugout”, contó Cruz. “Le pedí a Yadi que sacar la foto porque tenía puestos los guantes. Se me ocurrió porque soy un gran fanático de Joe”.
Molina, quien jugó con una máscara y un protector del pecho que encandilaron por ser dorados, se convirtió en el bateador de mayor edad —cumplirá 35 años el jueves—que dispara un jonrón en el Juego de Estrellas desde 2002. Barry Bonds tenía 37 cuando pegó un jonrón en el clásico escenificado en Milwaukee.
“Me sentí como un niño corriendo por las bases”, dijo Molina.
La Americana pegó primero en el quinto, en el que Miguel Sanó depositó un bombito que cayó en lo corto del jardín derecho y en medio de tres jugadores de los Nacionales de Washington. El dominicano Sanó pescó con la punta del bate un pitcheo de Alex Wood (Dodgers) y la bola cayó entre el jardinero Bryce Harper, el primera base Ryan Zimmerman y el segunda base Daniel Murphy, permitiendo la anotación de Jonathan Schoop.
Se esperaba una noche de muchos batazos largos, pero al final los pitchers dominaron. Los de la Nacional registraron 14 ponches, cuatro de Carlos Martínez. Los de la Americana sumaron nueve.
Un día después de ganar el Derby de Jonrones al sacar la pelota 47 veces, el novato sensación de los Yanquis Aaron Judge se fue 3-0, con un ponche. Giancarlo Stanton, el estelar toletero de los anfitriones Marlins, también se fue de 3-0.
En el primer Juego de Estrellas, disputado en Miami, el jonrón de Canó se produjo cincuenta años después del último clásico de mitad de temporada que se definió 2-1 en extra innings. Entonces, Tony Pérez rompió el empate en el 15to capítulo con un jonrón ante Catfish Huner, para la victoria de la Nacional por 2-1 en Anaheim.
Pérez, ahora ejecutivo de los Marlins, estuvo entre los ocho miembros latinoamericanos del Salón de la Fama que fueron homenajeados antes del partido.
Davis fue el único representante de los campeones Cachorros de Chicago, y ni siquiera formó parte del equipo que en el otoño pasado conquistó su primer campeonato en 108 años. La defensa del título de Chicago anda a los tumbos, con foja de 43-45.