MIAMI (AP) — Que el ganador del Juego de Estrellas deje de determinar la ventaja de local en la Serie Mundial es algo insignificante para Francisco Lindor.
“Este juego sigue siendo igual de importante, algo grande, algo chévere y que uno disfruta con todo”, dijo el efervescente torpedero puertorriqueño de 23 años, cuyos Indios de Cleveland sucumbieron en casa ante los Cachorros de Chicago en el séptimo partido de la pasada Serie Mundial.
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Quedarse sin el rótulo de que “ahora sí importa”, una promoción que duró 15, años, no le quita en absoluto el atractivo a la exhibición anual del béisbol de las Grandes Ligas, que el martes se escenifica por primera vez en Miami. El Clásico de Otoño arrancará en la sede del equipo que tenga el mejor récord de la temporada regular, no el ganador del Juego de Estrellas.
Pero esta edición acentúa la aparición de nuevas figuras con un total de 24 jugadores que harán sus debuts, incluyendo 30 peloteros con 27 años de edad o menos.
Aaron Judge, Cody Bellinger y Carlos Correa sobresalen dentro de la nueva camada, pero se acusará la ausencia por lesión de Mike Trout -el vigente Jugador Más Valioso de la Liga Americana. El astro venezolano Miguel Cabrera no fue seleccionado por primera vez desde 2009.
Judge lidera las mayores con 30 jonrones y también aparece al frente en un sinnúmero de otros rubros ofensivos.
Brad Mills, a cargo de dirigir el equipo de la Liga Americana, decidió poner a Judge como tercero al bate, más que nada para que el novato sacuda el madero temprano.
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“Dónde se supone lo iba a poner en la alineación? Era una situación en la que quieres que salga a batear en el primer inning porque ha sido el protagonista durante todo el año”, comentó Mills.
El juego también desembarca en Miami. Su estadio Marlins Park, con un techo retráctil y un club nocturno con una piscina detrás de los jardines, le daba un acento marcadamente latinoamericano.
Eso se notaba en la composición de los rosters de los equipos de ambas ligas: hay un total 22 jugadores extranjeros, con la República Dominicana (11), Venezuela (4), Puerto Rico (3) al frente.
“Me siento como si estoy en un pequeño Clásico Mundial”, dijo Lindor. “Todos esos jugadores de diferentes países, hablando español”.
También es apropiado que el estadio tenga una estatua de pop contemporáneo que se enciende cuando se conectan jonrones, y la primera parte de la temporada ha sido una de muchos jonrones. Al paso que vuelan en las mayores, el tope previo de cuadrangulares -los 5.693 en 2000- corre peligro.
El partido tendrá un magnífico duelo de abridores, con un elemento inédito.
Chris Sale se convertirá en el primer pitcher con aperturas consecutivas en el clásico de mitad de temporada como representante de equipos distintos al medirse contra Max Scherzer.
Sale, el as de los Medias Rojas de Boston, subirá al montículo del Marlins Park con el equipo de la Liga Americana, uno año después que abrió en San Diego con los Medias Blancas de Chicago y permitió un jonrón a Kris Bryant en el primer inning. En diciembre, el zurdo fue transferido a cambio de prospectos.
Scherzer también cumplirá su segunda apertura seguida en un Juego de Estrellas. Con Detroit, le tocó abrir en la edición de 2013 en el Citi Field, donde Sale le relevo y tiró un par de episodios impecables para acreditarse con la victoria.
Ninguno tiene complejo algunos por afrontar a tantos artilleros en una campaña con una catarata de jonrones.
“He permitido una buena cantidad de jonrones. Revisen las estadísticas. Eso pasa”, dijo Sale, quien ha admitido 11 cuadrangulares esta temporada tras recibir un récord personal de 27 el año pasado. “Si dejas que eso se inquiete, pues la noche se te hará muy larga”.
Scherzer ha tolerado 13 jonrones este año, luego que en la pasada temporada compartió el liderato de la Liga Nacional con 31 permitidos.
“La bola vuela y quién sabe cuál es la razón. La verdad es que no me importa”, indicó Scherzer. “Me han conectado muchos jonrones en el último años y medio”.
El as de los Dodgers Clayton Kershaw, en una temporada en la que exhibe foja de 14-2 y efectividad de 2.18, asomaba para tocarla la asignatura de abrir por primera vez tras ser elegido por séptimo vez. Pero el zurdo quedó descartado una vez que abrió el domingo.
Kershaw lanzó un juego completo y sus Dodgers quedaron con el mejor récord de las mayores, de 61-29, al llegar a la pausa del Juego de Estrellas.
Pero ningún integrante de los Dodgers figura en la alineación titular de la Liga Nacional. Tampoco aparecen jugadores de los Cachorros de Chicago, el equipo que ganó la Serie Mundial el año pasado pero que transita con un porcentaje por debajo de .500 -su único representante es Wade Davis, el cerrador que adquirieron en un cambio durante el invierno.
El orden al bate de la Nacional, dirigido por Joe Maddon, arranca con el jardinero central Charlie Blackmon (Colorado), seguido por el bateador designado Giancarlo Stanton (Miami). El jardinero derecho Bryce Harper (Washington) estará tercero), seguido por el receptor Buster Posey (San Francisco), el segunda base Daniel Murphy (Washington), el tercera base de Nolan Arenado (Colorado), el primera base Ryan Zimmerman (Washington), el jardinero izquierdo dominicano Marcell Ozuna (Miami) y el torpedero Zack Cozart (Cincinnati).
La Liga Americana tendrá al segunda base venezolano José Altuve como primero al bate, adelante del tercera base dominicano José Ramírez (Cleveland), el jardinero derecho Judge (Yanquis), el guardabosque izquierdo George Springer (Houston), el torpedero boricua Correa (Houston), el primera base Justin Smoak (Toronto), el designado Corey Dickerson (Houston), el receptor venezolano Salvador Pérez (Kansas City) y el jardinero Mookie Betts (Boston).
Mills, coach de banca de Cleveland, dirigirá a la Americana debido a que el piloto de los Indios Terry Francona tuvo que se someterse a una cirugía la semana pasada por una arritmia cardíaca.
“Esta es un responsabilidad que te hacer sentir humilde”, dijo Mills. “Hubiera preferido que él estuviera aquí sentado”.