Alemania B pudo más que Chile A.
En un preámbulo de lo que parece ser otra gran camada de futbolistas, una oportunista y joven selección alemana superó el domingo 1-0 a Chile y alzó el título de la Copa Confederaciones.
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El campeón de Sudamérica, un equipo con mucho más colmillo y cohesión, buscaba su tercer título consecutivo luego de ganar la Copa América en 2015 y 2016, pero un descuido de Marcelo Díaz fue suficiente para que Lars Stindl anotara el gol germano a los 20 minutos en una de las pocas llegadas de los campeones del mundo.
El plantel teutón aterrizó en la Confederaciones con un enorme signo de interrogación, ya que el técnico Joachim Loew decidió no convocar a las figuras que ganaron el Mundial de 2014 y trajo a Rusia a un grupo con un promedio de 17 partidos con la selección. En cambio, los jugadores chilenos promedian 85 encuentros con la Roja.
Ter Stegen fue el mejor jugador de la final.
Esa diferencia fue evidente en las acciones en la cancha, aunque no en el marcador final.
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Fiel a su estilo de siempre, Chile presionó la salida alemana desde el principio y desestabilizó a un grupo en el que Stindl, con 29 años, era el único titular nacido antes de 1990. Los alemanes no lograban pasar de la media cancha, mientras Alexis Sánchez, Arturo Vidal, Eduardo Vargas y Charles Aránguiz se asociaban con precisión y merodeaban el arco defendido por Marc Andre Ter-Stegen.
A pesar de un abrumador dominio del balón, Chile no concretó las ocasiones que generó y continuó con la que ha sido su norma en los partidos más importantes. La “Roja” superó a Portugal en semifinales en una definición por penales tras empatar 0-0, e incluso alzó las coronas de la Copa América sin marcar un solo gol, también en sendas instancias de penales frente a Argentina.
Sánchez estuvo a punto de abrir el marcador apenas unos segundos antes del gol alemán, Ter Stegen dio un rebote en un potente remate de Vidal. El delantero de Arsenal entró al área chica a toda carrera, pero rebanó el remate a quemarropa.
La bola de oro del torneo fue para Julian Draxler (Alemania), la bota de oro fue para Timo Werner (Alemania) y el guante de oro lo ganó Claudio Bravo (Chile).