Lionel Messi, el astro con fama de retraído, tiene una cara que pocos ven.
El argentino brilla en la cancha y se lo ve tímido afuera de ella. Pero esa imagen miente, ya que los que lo conocen dicen que es divertido y abierto cuando está entre conocidos en los que confía.
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Esa versión más extrovertida de Messi estará a la vista el viernes en su ciudad, Rosario, 300 kilómetros al noroeste de Buenos Aires, cuando se case con Antonela Roccuzzo, la mujer de 29 años que es su novia de toda la vida y madre de sus dos hijos.
El público no tendrá acceso, pero habrá unos 250 invitados, incluidos algunos compañeros suyos en el Barcelona como Neymar, Luis Suárez y Gerard Piqué (con su esposa, la cantante Shakira), que asistirán a la ceremonia en un hotel de cinco estrellas, en el que habrá medidas especiales de seguridad.
Se admitirán 150 periodistas, que deberán seguir estrictas reglas y no tendrán acceso directo a la ceremonia ni a la fiesta.
Messi, que cumplió 30 años esta semana, y Roccuzzo pidieron que solo les regalen donaciones para la Fundación Leo Messi.
El jugador se crió en un barrio de clase media-baja de Rosario junto con dos hermanos y una hermana. Roccuzzo es la prima de un amigo de Messi y los dos pasaban mucho tiempo juntos desde niños.
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Se mantuvieron en contacto cuando Messi se fue a España de adolescente y a fines de los años 2000 iniciaron una relación romántica, supuestamente cuando Messi regresó a Argentina tras la muerte de un estrecho amigo de Roccuzzo en un accidente de tráfico.
Roccuzzo finalmente se instaló en Barcelona con él y la pareja tiene dos hijos, Thiago, de cuatro años, y Mateo, de uno.
“Soy una persona normal”, dijo Messi en una entrevista con ESPN antes del Mundial del 2014. “Cuando termino de jugar, tengo a mi familia, mis amigos. Vivo como cualquier otra persona”.
Messi siempre fue un individuo retraído que se abre cuando está entre amigos.
“Es un gran tipo”, comentó su excompañero en el Barcelona Jonathan dos Santos.