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Rusia afina detalles a un año del Mundial

La Copa Confederaciones sirve como ensayo para el esperado evento deportivo

Rusia 2018/ AP/ archivo

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MOSCÚ – Después de años de polémicas, las autoridades rusas creen que los preparativos para su Copa del Mundo están a punto de llegar a puerto seguro.

Los estadios están listos o a punto de ser terminados, y la Copa Confederaciones que sirve como ensayo para el Mundial del próximo año ha transcurrido sin contratiempos.

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“El proyecto es enorme y hay algunos retrasos o cuestiones operacionales, pero son asuntos menores, nada importante”, dijo el sábado el viceprimer ministro ruso Vitaly Mutko, quien también supervisa los preparativos para el Mundial.

Rusia gastará unos 10.800 millones de dólares para organizar el torneo deportivo más popular del planeta. Pero a pesar del optimismo de los funcionarios por el avance en las obras, existen algunas dudas sobre los derechos de los trabajadores que construyen los estadios, el futuro de ciertas obras que pueden convertirse en elefantes blancos, y por las ciudades apartadas donde se alojarán selecciones.

ESTADIOS

Rusia quiere evitar lo que Mutko catalogó como la “situación brasileña”: los retrasos y caos organizacional en la construcción de estadios que afectó a la Copa del Mundo de 2014 en Brasil.

Parece que eso no será un gran problema, ya que la mayoría de los 12 estadios que serán utilizados en 2018 están listos o a punto de ser terminados, aunque el costo de algunos sí superó los cálculos originales.

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Un informe de este mes de la organización Human Rights Watch acusó a Rusia de numerosos abusos de los derechos de los obreros que trabajan en los estadios, además de destacar que ha habido al menos 17 muertes en las obras.

La FIFA también está preocupada porque hay evidencia de que se utilizaron obreros norcoreanos en el estadio de San Petersburgo. Los norcoreanos suelen ser empleados en algunos países bajo condiciones similares a la esclavitud.

LEGADO

Muchos de los 12 estadios probablemente jamás vuelvan a tener sus gradas llenas después del Mundial.

Sólo cinco de las 11 ciudades sedes tienen clubes en la primera división. Y de todas maneras, los partidos de la liga rusa tienen una asistencia promedio de 11.500 fanáticos, una de las menores en Europa.

El club Rubin de Kazán tuvo un incremento en su público tras mudarse en 2014 a su nuevo estadio mundialista, con capacidad para 45.000 espectadores, pero la asistencia ha disminuido por casi 30% en las dos últimas temporadas, y ahora promedia 9.750 espectadores por encuentro. Un partido reciente contra FC Krasnodar tuvo apenas 3.000 personas en las gradas.

En tanto, Mordovia Saransk promedió 2.400 aficionados por encuentro esta temporada, en la que descendió a la tercera división, pero a partir del próximo año tendrá un estadio para 45.000 personas. Sochi ni siquiera tendrá un equipo profesional en la temporada de 2017-18.

En Kaliningrado y Ekaterinburgo, los organizadores decidieron reducir la capacidad de los estadios mundialistas de 45.000 a 25.000 butacas, con otras 10.000 temporeras para el torneo.

Tan sólo el estadio de San Petersburgo, que albergará partidos en la Eurocopa de 2020, y los dos de Moscú parecen que serán utilizados a su máxima capacidad después del Mundial.

SEDES DE EQUIPOS

Los 32 equipos que participarán en el torneo estarán regados s a través de todo el país en centros de entrenamiento construidos por el gobierno ruso para que otras regiones tengan la experiencia mundialista.

Algunas sedes de concentración en las zonas menos glamurosas de Rusia quizás no sean del agrado de las selecciones, más allá de que las instalaciones mismas sean de primer nivel.

Por ejemplo Dzherzhinsk, una ciudad industrial afectada por la contaminación de fábricas químicas, o Grozny, la capital de Chechenia, una zona afectada por la guerra en décadas recientes. Muchos lugares de concentración están en sitios aislados, que requerían viajes en avión incluso para llegar a la ciudad sede más cercana.

Muchos equipos intentan asegurar desde ahora sus puestos cerca Sochi, un balneario en el Mar Negro dotado de un agradable clima subtropical, o metrópolis como Moscú y San Petersburgo.

EXPERIENCIA DE LOS FANÁTICOS

Los hinchas extranjeros parecen contentos con la hospitalidad rusa durante la Copa Confederaciones.

Los voluntarios, policías y paramédicos han tomado clases de inglés para ayudar a los extranjeros, aunque todavía es difícil comunicarse en cualquier idioma que no sea ruso. Además, se ha ofrecido transportación terrestre gratuita entre las ciudades sedes para todos los que tengan boletos.

La verdadera prueba será el próximo año, cuando haya muchos más fanáticos extranjeros.

SEGURIDAD

Las autoridades rusas se toman muy en serio el riesgo del terrorismo, especialmente después de un ataque con bombas en el metro de San Petersburgo en abril.

Miles de policías vigilan los estadios, estaciones del metro y otros lugares de las ciudades sedes durante la Copa Confederaciones.

El Mundial será más complicado de patrullar, tomando en cuenta que los estadios y hogares de los equipos estarán repartidos por todo el país. En los cinco últimos años, la ciudad sede de Volgogrado ha sido blanco de ataques con bombas, mientras que Pyatigorsk, Grozny y Astrakhan, lugares donde se hospedarán selecciones, también han sufrido atentados.

Además, existe preocupación por la posibilidad de violencia de hooligans, especialmente después de los enfrentamientos entre hinchas de Inglaterra y Rusia en la Eurocopa del año pasado en Francia.

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