En su temporada de redención, Tom Brady ha conseguido un nuevo viaje al Super Bowl.
Tras comenzar la campaña suspendido cuatro encuentros por el escándalo de los balones desinflados, el quarterback condujo el domingo a los Patriots hacia una victoria aplastante por 36-17 sobre los Steelers de Pittsburgh, para que Nueva Inglaterra impusiera un récord, al avanzar por novena ocasión al gran partido.
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Brady disputará el séptimo Super Bowl en su carrera. Lanzó para 384 yardas, la mejor cifra en playoffs en la historia de la franquicia, incluidos tres envíos de anotación, en lo que fue la séptima final consecutiva de la Liga Americana disputada por Nueva Inglaterra.
Los Pats son favoritos por tres puntos para derrotar a Atlanta dentro de dos semanas en Houston. Ahí buscarán su quinto título del Super Bowl con Brady como mariscal de campo y con Bill Belichick como entrenador.
La séptima aparición de Belichick en un superdomingo representa un récord para cualquier entrenador.