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Exclusiva la lista de boricuas en el Salón de la Fama

Tres puertorriqueños ya están inmortalizados en Cooperstown

Mientras el pueblo de Puerto Rico espera por el anuncio del Salón de la Fama de Béisbol en anticipación de celebrar por Iván Rodríguez y posiblemente Edgar Martínez, es válido recordar que la lista de boricuas inmortalizados en Cooperstown es limitada. Los tres puertorriqueños con placas de bronce en el Salón de la Fama son la imagen de la grandeza del béisbol puertorriqueño y existen expectativas de que tendrán compañía.

Roberto Clemente

Ninguna figura en Puerto Rico representa mejor el béisbol y deportes en general como lo hace Roberto Clemente. El nombre nada más es sinónimo de la grandeza y lo ilustre. Clemente se convirtió en el primer puertorriqueño en entrar al Salón de la Fama en 1973. También fue el primer pelotero en la historia en entrar sin esperar los cinco años reglamentarios para elegibilidad. Su muerte el 31 de diciembre de 1972 en un accidente de avioneta en un viaje para ayudar víctimas de un terremoto en Nicaragua provocó que apuraran el proceso y fue exaltado de manera póstuma. Terminó con 3,000 imparables, promedio de .317, 12 Guantes de Oro, dos campeonatos de Serie Mundial, un jugador más valioso de Serie Mundial (1971) y un jugador más valioso de la Liga Nacional (1966).

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Orlando “Peruchín” Cepeda

Puerto Rico tuvo que esperar 26 años para ver a otro boricua entrar al Salón de la Fama. En 1999, el exjardinero y primera base Orlando “Peruchín” Cepeda entró entre los inmortales del béisbol. Durante su carrera de 17 temporadas, Cepeda fue uno de los bateadores más temidos y una máquina de impulsar carreras. Participó en siete Juegos de Estrellas (seis fueron con los Gigantes de San Francisco). Cepeda fue galardonado como el jugador más valioso de la Liga Nacional en 1967, un año después de que Roberto Clemente ganara el premio. El “Baby Bull” tuvo 12 temporadas de 20 jonrones o más y nueve temporadas con 95 carreras impulsadas o más.

Roberto Alomar

Muchos expertos están de acuerdo de que Roberto Alomar es el mejor segunda base defensivo en la historia de la MLB. Es por eso, que Alomar fue nombrado al Salón de la Fama del Béisbol en 2011 con 90% de la votación por la BBWAA. Sus 10 Guantes de Oro y protagonismo en dos campeonatos de Serie Mundial para los Azulejos de Toronto fueron razones principales de ser inmortalizado en Cooperstown. En su carrera, también logró 2,724 imparables y promedio de .300. Fue seleccionado para 12 Juegos de Estrellas.

 

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