Todos los días estamos cambiando, quienes fuimos ayer hoy ya no lo somos. Estamos cambiando constantemente, nuestros intereses, nuestra manera de ver la vida, con quienes nos asociamos, etc. Es parte del proceso natural de vida. Apegarnos a pasadas versiones de quienes éramos atrapa nuestro propio progreso, crea resistencia y por ende sufrimiento.
Según la creencia budista el sufrimiento nace del apego, el deseo y la ignorancia. También dice que, aunque el dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional. A veces nos apegamos a la historia de nosotros mismos que con el tiempo hemos creado sin tener presente que la idea de quien queríamos ser hacen diez años es muy posible que no sea la misma de hoy día. Se trata de buscar un falso sentido de seguridad, tenemos esta visión que hemos alimentado por años… para tener dirección y buscar estabilidad, pero es sólo una ilusión. Muchas personas se conforman por esa versión del pasado que ya quizás no son, pero que les hace sentir seguros en el espacio en el que están.
Para soltar se necesita mucha gracia y valentía, para reconocer que las versiones que un día fuimos ya no son. “Donde es incierto, todo es posible”, no saber a donde ir te da la oportunidad de explotarlo todo. Apegarnos a quienes fuimos nos previene de ser quienes somos y bloquea posibles oportunidades. Mientras más dejamos ir, más recibimos. Abre tus alas, redescúbrete.
