La vida se compone de cimas y valles. Hay días donde nos sentimos dueños del Universo y otros donde sentimos que se nos cae arriba. No te juzgues es parte de lo que vinimos aprender.
Aunque nuestra mentalidad es sumamente importante hay días donde se nos hace más difícil que otros y para esto, auto-compasión. La fuerza luce de distintas maneras todos los días y el libro “Los Cuatro Acuerdos” me enseñó que siempre se trata de dar el máximo que podemos dar todos los días. Ese máximo puede lucir diferente dependiendo del momento y las circunstancias. Hay días donde no se trata de salvar el mundo y hacerlo todo, si no de pequeñas victorias. Pequeñas metas que nos ayuden a sentirnos realizados en la medida que podemos.
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Es muy fácil caer en una mentalidad de víctima y desamparo, nos hace sentir cómodos y recibimos apoyo de muchos seres queridos en la mayoría de los casos. Pero no hay avance, tampoco movimiento para nosotros… dejándonos en la misma posición. Es importante reconocer cuando estamos cayendo en patrones o dejando que nuestras excusas tomen el control. Las excusas siempre darán una falsa sensación de satisfacción, más nunca resultados.
Trazarnos metas a corto y largo plazo hacen toda la diferencia, y establecernos un pequeño obsequio al cumplirlas… nos ayuda a tener algo a lo cual mirar hacia adelante. Piensa en el porque de las cosas, ¿cuál es tu propósito? ¿Por qué haces lo que haces? Para ser quienes queremos ser tenemos que poseer el valor de identificar cuando no estamos siendo nuestro mejor aliado.