¿Por qué será que como sociedad glorificamos unas emociones y condenamos otras? Si al final todos sentimos de todo. La vida de nadie es linear, mucho menos perfecta. Si algo tenemos asegurado es que el cambio es constante.
Nos enseñaron a clasificar las emociones, las personas, las etapas de nuestra vida como buenas y/o malas. Casi todo en esta vida tiene una estampa y aunque como sociedad quizás en ocasiones sea beneficioso para poder organizarnos no siempre es así. Juzgar nuestras emociones nos lleva adormecerlas, nos impide de sentirlas… de la misma forma alargando y atrasando nuestro proceso de sanación. Muchas personas le temen a sentirse tristes, entonces buscan distracciones que sólo alimentan vacíos que cada día crecen más en vez de hacerle frente a esos miedos que le consumen. Muchas personas creen que si se permiten sentir entrarán en un hoyo del que no pueden salir y sólo puedo decirles que no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista. En los momentos de incertidumbre es donde se crean las cosas más increíbles, en la incomodidad tienes la oportunidad de reinventarte. Una vez escuché “donde nada es seguro, todo es posible” y cambió mi manera de afrontar la vida por completo. Es normal que los cambios nos generen miedo y un poco de ansiedad, pero no permitas que te controlen porque entonces no estás viviendo por ti, si no a través de tus miedos y eso no es vida.
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Las emociones son mensajeras y están hechas para sentirse; aportan un mensaje muy importante. Estar molesto nos dice que quizás hace falta soltar un poco el control, estar amargado nos dice que tenemos que acercarnos a las cosas que nos hacen sonreír por dentro, estar insatisfecho nos ayuda entender que necesitamos un cambio, sentir que alguien nos falló nos enseña que no deberíamos tener expectativas sobre lo que no podemos controlar y así continúa. Simultáneamente, cuando nos sentimos mal/incómodos por un periodo de tiempo significa que hay algo que estamos resistiendo. Mientras más resistencia, más tensión. Tus emociones son tus guías más directos para entender si estás viviendo o sobre viviendo. Para entender si estás alineado/a o no con tu propósito.
Los sentimientos que no se procesan apagan nuestra luz, nos encadenan y nos enferman. No estamos aquí para sufrir ni pasarla mal, no todas las lecciones tienen que ser una pesadilla. El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional. Tener el entendimiento de que cada emoción tiene un mensaje y llega con un propósito nos permite mirar con ojos distintos. Tus emociones son parte de ti, inteligencia emocional no es huir de lo que sientes… inteligencia emocional es ser resilientes. Escúchate con amor, seguro tienes muchas cosas que contarte.